Cada Lata Cuenta, programa europeo de educación medioambiental

Cada Lata Cuenta, programa europeo de educación medioambiental

Cada Lata Cuenta da algunos consejos para fomentar la sostenibilidad estos días de confinamiento y de paso hacerlo más llevadero.

Cada Lata Cuenta es un programa europeo de educación medioambiental, que nos da algunos trucos para ser más más eco; y, de paso, divertirnos durante esta cuarentena por lo que el medio ambiente y nuestra economía lo agradecerán.

La lata, siempre al amarillo:

El consumo de latas de bebidas, que nos han ayudado a hacer más llevadera la cuarentena y a socializar vía videollamada, se ha disparado estos días. Devolvámosles el gesto tirándolas al contenedor amarillo: les daremos una nueva vida.

Así lo explica Pablo García, director de Cada Lata Cuenta: “las latas de bebidas tienen vidas infinitas: pueden reciclarse una y otra vez sin perder calidad”. Un proceso con el que además reducimos en un 95% el consumo de energía en comparación a fabricar un nuevo envase. Y, seguro que estos días hay más de un voluntario en casa que quiera bajar al contenedor y darse un paseíto.

Además, si algo hemos demostrado en estos días de cuarentena es nuestra desbordante creatividad, dando vida a las iniciativas más variopintas. Por eso, Cada Lata Cuenta se suma a este espíritu con una serie de challenges en redes que hagan más ameno el encierro.

Entre ellos, “La Rulata”, con la que echar a suertes quién baja la basura; todo un privilegio que sirve de excusa para quitarnos -por fin- el pijama y ponernos nuestras mejores galas.  Los más mañosos podrán poner a prueba su puntería con el #CanRecyclingChallenge, un reto para animar a separar correctamente en casa.

Además, realizarán varios directos en su cuenta de Instagram (@cadalatacuenta) junto a ponentes especiales sobre temáticas como upcycling o cómo construir una cámara con una lata. Si te aburres, es porque quieres.

Recicla (bien):

Estas semanas en casa no hemos parado de consumir: todo tipo de envases de comida y bebida, cuadernos y folios para trabajar, montañas de productos de limpieza… Si a estas alturas todavía se nos resistía el a-b-c del reciclaje, ahora no hay excusas y tenemos tiempo para grabarnos a fuego dónde va cada uno: Envases y latas, al contenedor amarillo, vidrio al verde, papel y cartón al azul, el orgánico va al marrón y, el resto, al gris o naranja.

No importa si vives en un minipiso tú solo o en una casa compartida con un montón de personas: siempre hay espacio para reciclar. No hace falta ser un experto en física cuántica para saber la basura ocupa lo mismo la pongas en el contenedor que la pongas. Compacta la basura y habrá hueco para separar todos los residuos.

Las cifras dicen que lo estamos haciendo bien: en estas semanas de cuarentena se han reciclado un 15% más de latas y envases en contenedor amarillo. Contribuye a que este dato siga creciendo y sé el más green de tu portal.

Pero atención, si alguno de los miembros del hogar sufre el COVID-19, en ese caso, hay que embolsar con especial precaución – con triple embolsado- y no se separa nada: todo iría a la fracción resto, especialmente guantes y mascarillas. Con esto protegemos a todos los profesionales que no han parado de trabajar estos días, tanto recogiendo como clasificando y tratando los residuos.

Teletrabajo sí, pero desconexión también:

Las casas se han convertido en tiempo récord en oficinas improvisadas y nos hemos visto rodeados de una maraña de cables de portátiles, monitores y todo tipo de dispositivos electrónicos. Atención, recuerda que la desconexión -en todos los sentidos- es importante: una vez acabada la jornada laboral, apaga todos los aparatos. También por la noche, cuando acabes tu maratón seriéfilo de Netflix y HBO, apaga el router: tu factura y el planeta lo notarán.

Cierra el grifo (literal):

Todos hemos sacado estos días el chef que tenemos dentro. Esto ha hecho que suba el gasto de electricidad, el uso del lavavajillas, del agua del grifo…

Si a esto le sumamos que ya no nos duchamos en el gym y que tenemos que hacerlo en casa, ha aumentado considerablemente nuestro consumo de agua.

Para ser más sostenibles, hay pequeños detalles básicos pero útiles: ¿Por qué no aprovechar el agua fría que sale antes de ducharnos para llenar un cubo y usarlo para regar esas plantas que están reclamando tu atención en la ventana? Por cierto, la jardinería reduce el estrés y las plantas aumentan los niveles de felicidad, algo que desde luego no viene nada mal en estos días. Además de estar más happy cuidando tus cactus, las plantas son el mejor aliado natural para reducir el Co2, y por tanto, con esto estarás ayudando a cuidar del planeta.

Aprovecha las horas de sol:

La primavera ya está aquí y con ella el cambio de hora, por lo que disfrutamos de más horas de luz natural, aunque sea en interior. Aprovecha durante el día para hacer las tareas que no impliquen encender las luces y alarga lo máximo posible la luz natural. Si tus tareas necesitan luz artificial, apágalas cuando no sea necesario, con esto contribuimos al uso racional de los recursos naturales.

Tampoco está de más aprovecharnos del sol para subir nuestros índices de vitamina D. Si eres de los afortunados que tiene balcón, disfruta fuera del aperitivo y una sesión de selfies para enseñárselo a tus followers. Si no, una ventana puede valer: tu cuerpo y tu curiosidad (aprovecha para ver qué se cuece en la calle) lo agradecerán.