El sector energético se presenta como uno de los más prometedores desde el punto de vista de la generación de empleo, a pesar del contexto económico que se atraviesa en estos momentos.
Por ejemplo, los servicios energéticos crecieron en España un 10% en 2011 y un 7% el año pasado. La crisis debería ser la razón para invertir en estas herramientas que aumentan la competitividad, uno de los puntos débiles de la economía española, y que nos permiten reformar nuestro modelo productivo. La ineficiencia energética supone un sobrecoste para nuestro país, ya que aumenta la dependencia energética (en 2012 costó a los españoles 60.000 millones de euros) y el pago por la emisión de gases de efecto invernadero.
Dentro de este tipo de empleo, hay cuatro salidas clave, entre las que se encuentra los trabajos de consultoría, abogacía, ingeniería y auditoría ambiental. En este bloque se incluyen labores desde la implantación de etiquetas ecológicas, el cálculo de la huella de carbono, el desarrollo de proyectos de eficiencia energética y la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, así como el análisis profesional de las inversiones energéticas, para lo que ha de tenerse un profundo conocimiento del marco jurídico actual, sometido a grandes cambios en los últimos tiempos, y la legislación vigente.
Para ello, alternativas como una formación cualificada, como la ofrecida por el Instituto de Empresa (IE), se presentan como la vía más indicada para la preparación de los profesionales en uno de los sectores con mayor demanda de expertos en nuestro país.
El IE ha puesto a disposición de todos los interesados la primera edición del programa “Inversiones Energéticas. Marco Jurídico”, una formación a medida de la que puede conocer más detalle aquí:
http://www.ie.edu/executive/law/programas/Inversiones%20Energeticas/inversiones%20en%20materia%20de%20energia%20v2.pdf
