El término fijo de la factura eléctrica representa el 40% de media

Término fijo factura de la luz
El término fijo de la factura eléctrica representa el 40%

La reforma de la tarifa eléctrica debe permitir la participación activa del ciudadano y el cumplimiento de los objetivos de transición ecológica.

Un alto término fijo penaliza a los consumidores y así lo han puesto de manifiesto las principales asociaciones empresariales del sector fotovoltaico, de la movilidad eléctrica y de la eficiencia energética; así como las entidades de la sociedad civil. Todos ellos solicitan que la reforma de la estructura de la tarifa eléctrica -prevista para los próximos meses- se lleve cabo teniendo en cuenta a los ciudadanos. Para de este modo puedan ser actores activos en la lucha contra el cambio climático. Además, la tarifa eléctrica debe alinearse con los objetivos de transición ecológica.

A este respecto, la actual estructura tarifaria de la factura eléctrica no da las señales adecuadas; porque el peso de la parte fija en la factura media es del 40%. Lo que implica que casi la mitad de la factura que paga el consumidor, se destina a sufragar los costes del sistema. Independientemente del consumo de energía realizado o del esfuerzo de las personas por ahorrar; invertir en energías renovables; o en otro tipo de mejoras de eficiencia energética.

Esta situación, además, representa una anomalía con respecto a los países de nuestro entorno, donde la media de la parte fija de la factura es un 22%. Un incremento del peso de la parte fija de la tarifa supondría asimismo un impacto negativo en la creación de nuevas oportunidades de empleo en los sectores de las instalaciones eléctricas y telecomunicaciones; fotovoltaico; y de la movilidad eléctrica, entre otros.

El alto término fijo penaliza a los consumidores que invierten en eficiencia energética

Para cumplir con los objetivos definidos en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), es necesaria la mejora de un 39,6% de la eficiencia energética. Según los últimos datos obtenidos por el Observatorio de Eficiencia Energética de ANESE, el ahorro en la factura energética es una de las motivaciones principales que llevan a los clientes finales a efectuar medidas de ahorro y eficiencia en sus hogares.

Si disminuye la parte variable de la factura, es decir la que se paga por el consumo de energía, las medidas de eficiencia energética que lleve a cabo el consumidor van a tener menor impacto; y por tanto estaremos penalizando a aquellos consumidores que ahorran e invierten en mejorar su eficiencia energética.

Un aumento del término fijo alargaría los plazos de amortización del autoconsumo

Asimismo, un aumento del término fijo de la factura desincentivaría la instalación del autoconsumo; porque los aumentos en el término de potencia alargan los plazos de amortización de estos proyectos. Cabe recordar que el autoconsumo es uno de los pilares de la transición ecológica, tal y como reconoce el PNIEC. El autoconsumo permite a los ciudadanos generar energía limpia; a la vez que contribuyen activamente a la lucha contra el cambio climático, reduciendo las emisiones de CO2 a la atmósfera.

Un alto término fijo es una barrera para el desarrollo de la movilidad eléctrica

Cualquier alza en el precio de la factura de electricidad afecta al vehículo eléctrico y este impacto es especialmente negativo si se aumenta el elemento fijo; porque se paga cada mes independientemente del uso que se haga; y eso provoca aún más reticencias a la hora de cambiar desde la combustión a la electricidad.

Además, el término de potencia es el principal responsable de la falta de desarrollo de los puntos de carga rápida en carretera; indispensables para viajes de distancia superior a los 250 km. Un alto término fijo genera costes adicionales para estos puntos de carga; convirtiéndose en un factor crítico para su viabilidad; y en una de las barreras para el desarrollo de la movilidad eléctrica.

Los consumidores en situación de pobreza energética entre los más perjudicados

Según el último estudio de la Asociación de Ciencias Ambientales (ACA), de 2018, hay un 15% de la población en situación de pobreza energética escondida. Un indicador que pone de relieve a una parte de las personas que, ante su situación de vulnerabilidad, reducen al mínimo posible su consumo energético.

Para estos consumidores en situación de vulnerabilidad energética, la parte fija de la factura puede suponer una parte muy importante de su gasto. Es una forma de tarificación regresiva; ya que los hogares vulnerables soportan una mayor carga (en términos relativos por kWh consumido efectivo; y en comparación con hogares de mayores ingresos) de la parte fija de la factura eléctrica.

Un mayor peso de la parte fija de la factura podría perjudicar a los hogares más vulnerables; y, a su vez, desincentivaría toda medida de mejora de la eficiencia energética en el porcentaje de población que tiene mayor capacidad económica.

 Listado organizaciones firmantes