El vehículo eléctrico: una oportunidad para la industria europea

La Presidencia española considera que el liderazgo en la implantación del vehículo eléctrico debe llevarse a cabo desde las instituciones comunitarias.  Se ha propuesto a la CE la adopción de una estrategia común para estos vehículos que se debatirá en el Consejo de Ministros de mayo.

11 de febrero de 2010.- La presidencia española de la UE ha planteado a los ministros de Industria de los países miembros, en el Consejo Informal, la conveniencia de que el vehículo eléctrico sea una materia de interés europeo y se apruebe, desde el punto de vista comunitario, una Estrategia Común para impulsar este tipo de vehículos.

La política industrial en Europa afronta actualmente grandes retos entre los que destaca la necesidad de adoptar medidas que contribuyan a garantizar la competitividad de nuestra industria en unos mercados más globales. Esta circunstancia exige un esfuerzo en la modernización del tejido industrial dentro de los parámetros de sostenibilidad económica y medioambiental. Para que el vehículo eléctrico sea un éxito, es imprescindible un diálogo entre gobiernos e instituciones y entre los diferentes sectores implicados como las empresas automovilísticas, energéticas, infraestructuras y TICS.

 

Al mismo tiempo, los factores energéticos y de reducción de emisiones contaminantes son elementos que hay que abordar de forma ineludible y en los que el vehículo eléctrico puede tener un impacto muy positivo. Países como EEUU, China, Japón, Australia e Israel están abordando planes muy ambiciosos de introducción de coches eléctricos y en el seno de la UE también hay países muy activos en promover la adopción de este tipo de vehículo por parte de sus ciudadanos.

El vehículo eléctrico es una de las oportunidades más interesantes que tiene nuestra industria y esto se plasma en cuatro campos esenciales: industrial, puesto que representa el futuro para el sector del automóvil europeo tanto de fabricantes como de componentes; tecnológico, con la creación de nuevas redes inteligentes de recarga de baterías; medioambiental, puesto que el vehículo eléctrico no emite CO2; energético, ya que permite a Europa seguir apostando por las energías renovables, la seguridad y la eficiencia energética.

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