Geotermia para climatización de edificios

Entre todas las energías renovables, la geotermia es una de las más utilizadas desde los orígenes de la humanidad.

Antiguamente, en algunas zonas termales, utilizaban las aguas que provenían de su paso por masas calientes de la corteza terrestre. Estos fueron los primeros comienzos de la geotermia, tal como indica la empresa Gealia Nova. La energía almacenada en la tierra ha ido despertando interés.

Hace más de 50 años se planteó por primera vez, en Estados Unidos, la implantación de una bomba de calor geotérmica. Desde entonces, países como Japón, Canadá, Suiza o Alemania han ido aplicando el uso de este tipo de energía que, según muchos expertos, es el más eficiente, ecológico y económicamente viable.  Hacia los años 70, que apareció la geotermia “moderna”.

 

 

¿Y en qué consiste este sistema que nos puede sonar casi a chino? Pues su mejor ‘secreto’, según indican desde la empresa Navarra Napartec, radica en que su fuente principal de energía se encuentra justo debajo de nosotros: los rayos del sol calientan la corteza terrestre y la lluvia la enfría, y la influencia de esta combinación de fenómenos climáticos hacen que en la profundidad de la tierra, la temperatura se mantenga constante a partir de 2 metros del suelo que pisamos. Esta temperatura puede estar alrededor de los 12º dependiendo de la zona climática en la que nos encontremos, independientemente de que en la superficie estemos a 35 grados o a 5 bajo cero.

La geotermia consiste precisamente en, a través de una bomba de calor, aprovechar esa temperatura constante de la tierra para calentar en invierno y refrigerar en verano. La diferencia con otras fuentes de energía es que no se crea el calor o el frío, sino que simplemente se cambia de sitio a través, generalmente, de su distribución mediante suelo o paredes radiantes.

 

 

Ventajas

La energía geotérmica tiene múltiples ventajas en el sector de la construcción, ya que proporciona una herramienta idónea para sustituir los sistemas de calefacción de forma sostenible. Entre ellas:

• Ecológica: sin emisiones contaminantes y alta eficiencia

• Sanitaria: eliminación de las torres de refrigeración

• Acústica: práctica eliminación de ruidos

• Suficiencia: cubre el 100% de las necesidades de climatización y agua caliente sanitaria

• Ahorro económico: entre un 50% y un 75% de ahorro en electricidad, gas natural, gasoil.

• Energía renovable: Baja emisión de C02 a la atmósfera.

• Bajo consumo: Ahorro de un 70% en calefacción y de un 75% en refri- geración.

• Mantenimiento: Bajo coste.