Los fabricantes de coches están uniendo fuerzas para avanzar en nuevas líneas de investigación, entre las que se encuentra la alternativa del hidrógeno. En este sentido, el coche eléctrico con batería de ion-litio va ganando terreno frente a la pila de hidrógeno.
Se trata de un innovador sistemas de generación de energía, completamente limpio, que apunta a convertirse en una solución sostenible y muy económica frente al petróleo.
En estos momentos, los grupo de fabricantes se centran en el trabajo de dos líneas de I+D, la creación de motores más eficientes y estructuras más ligeras, que permitan a los coches consumir menos gasolina y emitir menos dióxido de carbono (CO2), así como la pila de combustible de hidrógeno.
Este tipo de vehículos sería impulsados por la electricidad producida a partir de hidrógeno y oxígeno [el proceso sólo genera vapor de agua y calor]. Es un proceso similar a un modelo eléctrico pero en lugar de una batería de litio, que es contaminante y difícil de reciclar, utiliza una pila de hidrógeno, que es libre y está en el aire. Si bien, al ser una tecnología complicada, sí es verdad que requiere mucha inversión e investigación. Se cree que se alcanzará un grado de madurez considerable para su puesta en funcionamiento en el sector automovilístico de quince años.
Entre las últimas alianzas que se han producido para avanzar en la pila de hidrógeno puede destacarse la realizada entre la norteamericana Ford, la alemana Daimler (Mercedes),y la japonesa Nissan. Este grupo pretende desarrollar un sistema de célula de combustible que sea común y que pueda ser adaptado para que cada uno lance sus propios vehículos, sin emitir CO2.
La estrategia adoptada por el grupo tiene como meta principal dotar a los modelos de cada marca de una tecnología común que les permita comercializar vehículos de pila de combustible más asequibles y a gran escala en 2017, generalizando esta tecnología.
