Los macroparques toman España frente al modelo más distribuido de Europa

Los macroparques toman España frente al modelo más distribuido de Europa

Los macroparques suponen un quebranto para el territorio y para el ciudadano, el ahorro en la generación se pierde en el transporte.

Anpier insta al Gobierno a limitar la dimensión de los nuevos proyectos fotovoltaicos de más de 50MW, macroparques, y ordenar la distribución territorial.

En España, cuentan con inscripción definitiva (2016-2020) 99 grandes instalaciones de generación fotovoltaica: 41 instalaciones son de 10-50 MW, 52 son de 50-100 MW y 6 mega instalaciones cuentan con más de 100 MW, en total 5.489 MW; a lo que habría que agregar, en pocos meses, 4 de la primera categoría ,13 de la segunda y 2 de más de 100 MW, que ya cuentan con su inscripción previa, lo que agregaría otros 1.216 MW adicionales en el corto plazo.

Una tendencia que se acelerará en los años venideros, en una espiral sin sentido desde el punto de vista de las necesidades energéticas del país. Si el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima establecía el objetivo de incorporar 26.134 MW de fotovoltaica en nuestro país entre 2021 y 2030; a día de hoy tenemos una potencia de acceso solicitada de 96.000 MW, 70.641 MW más de todo lo esperado.

Las plantas fotovoltaicas en Europa

Sin embargo, en Europa asistimos a una revolución fotovoltaica mejor dimensionada, distribuida en pequeñas y medianas potencias, integradas en entornos rurales y en propiedad de iniciativas locales. España cuenta con el macroparque fotovoltaico más grande de Europa, con 495 MW, 200 MW más grande que su inmediato seguidor -en Francia-; y se están construyendo tres con la mayor potencia de cuantos se están instalando en Europa, con 500 MW, 300 MW y 300 MW respectivamente. De tal manera que contaremos con cuatro de los cinco parques más grandes de Europa.

Una especulación desmesurada de grandes fondos de inversión está aprovechando las debilidades de nuestras administraciones; y la falta de información del ciudadano para implantar superficies casi infinitas de paneles fotovoltaicos. Esta tendencia, si no se ve acotada,  acarreará graves consecuencia para el territorio y un trastorno irreparable para los españoles; puesto que estos desarrollos ya están saturando las redes y los puntos de evacuación que mantenemos los usuarios a través de la factura de la luz; con lo que, además, bloquean el acceso a iniciativas fotovoltaicas locales, con la consiguiente pérdida del patrimonio solar de nuestro país y empleo en nuestros municipios.

Pérdidas en el trasporte de producción de las macroparques

Además, los parques de gran tamaño son menos eficientes, dado que han de transportar la producción, con sus correspondientes pérdidas y costes. Anpier considera que la alternativa más adecuada está en el favorecimiento de las “pequeñas” instalaciones (de entre 1 a 10 MW; que ya suponen de 2 a 15 Hectáreas de superficie máxima ocupada por proyecto), y se conectan a media tensión (<36 kV) en las redes ya existentes. Dichas redes alimentan a los centros de transformación, con los que se abastece el 75% del consumo total de energía eléctrica de España.

Con este esquema de parques pequeños y medianos no aumentaría el coste de distribución de la nueva energía; ni se produciría, por innecesario, su transporte, que ha de realizarse en alta tensión; con lo que también sería prescindible elevar a través de transformadores la tensión la energía que se produce. De esta manera, las pérdidas de energía producidas desde la generación al consumo se minimizan; y los costes del sistema eléctrico y la factura de la luz se reducen.

También, conviene considerar que las pérdidas totales de energía que generan los macroparques, en su transporte y distribución hasta el consumidor, llegan a alcanzar el 20%; y este coste se traslada al consumidor final; mientras que el coste que por este mismo concepto generan las pequeñas plantas se reduce enormemente, beneficiándose el consumidor de esta mayor eficiencia.

En décadas anteriores, con una generación concentrada en grandes plantas de ciclo combinado o nucleares, no había más remedio que recurrir a los modelos de vertebración de suministro; a través de grandes transformadores y redes de alta tensión para transportar electricidad de una punta a otra del país; pero estas infraestructuras no se precisan si el nuevo modelo se nutre de pequeñas y medianas instalaciones fotovoltaicas.