Museo Thyssen, Bodegas Torres embajadores de la eólica en el COP 21

aerogeneradores

El Museo Thyssen y Las Bodegas Torres figuran entre las empresas embajadoras de la eólica en el COP 21

Dos españoles, Museo Thyssen y Bodegas Torres, figuran entre las empresas embajadoras de la eólica en el COP 21, junto a colosos del tamaño de Aveda, Ikea, Unilever, Google, SAP, Yahoo o BNP Paribas. Todas son empresas que, de un modo u otro, apuestan por la eólica porque consideran que encaja en su modelo de negocio sin emisiones y han participado en la campaña europea Solution Wind, la solución es el viento.

La importancia de la eólica, que ha pasado de ser una tecnología de nicho hace tan sólo 15 años a un jugador que compite en igualdad de condiciones con las fuentes de electricidad convencionales, está quedando de manifiesto estas semanas en París. No en vano la eólica cubre el 10% de la electricidad que se consume en Europa (en España, más del 18%) y es la segunda fuente de energía eléctrica, por detrás de la hidráulica. La Unión Europea prevé que en 2030 la eólica cubra el 23% de su demanda.

La electricidad que procede de la eólica terrestre en Europa ya cuesta menos que el carbón, que la nuclear y que el gas, lo que proporciona a los gobiernos una gran oportunidad para acelerar la descarbonización de la economía. De hecho, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) pronostica que las renovables serán la principal fuente de nueva energía de aquí a 2040. Ese año, la eólica estará entre las principales fuentes de electricidad y doblará a la solar, según asegura la AIE en su World Economic Outlook (WEO). La Comisión Europea espera que la eólica represente al menos entre un 43 y un 45% de toda la energía renovable que se produzca hasta 2030. Esto supondría un aumento de la potencia instalada hasta 260 GW en 2019 y 590 GW en 2024.

De ahí el interés de las empresas por la eólica. “La inversión en parques eólicos tiene lógica empresarial. La eólica es ilimitada, renovable y gratis y ayuda a mantener nuestros costes bajos, lo que encaja en la visión de Ikea. Nuestra estrategia de renovables nos da más control y nos permite cubrirnos frente a la volatilidad de los precios de la energía y al final eso nos permite mantener los precios lo más bajos posible para nuestros clientes”, afirma Doug Greenholz, presidente para EEUU de Ikea Property.

El sector financiero está de acuerdo: bancos como BNP Paribas o Bank of America están desinvirtiendo en combustibles fósiles y aumentando las inversiones en renovables. Citibank dice incluso que al “hacer la transición hacia una economía limpia habremos ahorrado unos 1,8 billones de dólares en 2040”.

“La lógica de invertir en energía eólica descansa en tres pilares: una tecnología madura con una trayectoria de éxito en introducir evoluciones tecnológicas, un flujo de ingresos predecible basado en tarifas reguladas y prudentes previsiones, y el incremento en la competitividad de la eólica”, señala Jean-Laurent Bonnafé, CEO deBNP Paribas.

En el mundo, la inversión en eólica en 2014 alcanzó los 100.000 millones de dólares, según GWEC. En lo que va de 2015, sólo en la UE se han invertido 6.000 millones de euros, con nuevos inversores más allá de los tradicionales que llegan atraídos por la reducción de costes del sector. Los principales motivos por los que estas empresas invierten en eólica son los siguientes:

  1. Invertir en eólica permite a las empresas ser dueñas de su generación eléctrica. Poseer sus propios parques les da control energético, les permite predecir el suministro, y reduce su exposición a la volatilidad de los precios de los hidrocarburos. El centro logístico de Nike en Laakdal (Bélgica) cuenta con seis aerogeneradores de 1,5 MW cada uno.
  2. Invertir en eólica da a las empresas una ventaja competitiva. Son muchas las compañías que perciben las ventajas de cambiar sus modelos de negocio desde los combustibles fósiles a las renovables. Cuanto antes lo hagan, mayor será la ventaja competitiva a largo plazo.
  3. Invertir en eólica ofrece predictibilidad a largo plazo. Ese es uno de los motivos que ha impulsado la inversión de Google, cuyos centros de datos se abastecen en un 35% de energía renovable, sobre todo eólica. “Desde una perspectiva de negocio, contar con PPAs (contratos a largo plazo) eólicos tan competitivos como la energía que procede de la red nos da visibilidad de precios a largo plazo y es estupendo para la predictibilidad de nuestro negocio en el futuro”, dice Joseph Kava, global vicepresident de Google, que está observando como otras compañías siguen el ejemplo de la tecnológica. Ikea acaba de invertir 500 millones de dólares directamente en eólica, lo que le permite reducir costes y protegerse contra las fluctuaciones de los precios de la energía.
  4. Invertir en eólica reduce los costes de negocio de la energía a largo plazo. Gracias al desarrollo y a la I+D, los costes de la eólica terrestre han bajado hasta convertirla en la tecnología más barata de instalar. Los precios de los aerogeneradores se han reducido alrededor de un 30% desde 2009 (un 35% en China). Y, a diferencia de lo que ocurre en carbón o nuclear, en eólica aún hay espacio para más reducciones de costes.
  5. Invertir en eólica ayuda a las empresas a responder a las demandas de los clientes y la sociedad. Los impactos medioambientales y las presiones de la sociedad están obligando a las empresas a cambiar la forma en que operan para anticipar las necesidades de sus clientes. Lego entiende que la inversión en renovables supone un mejor futuro para sus jóvenes clientes y, por lo tanto, influye positivamente en su negocio. Por eso ha invertido 400 millones en un parque eólico offshore y quiere ser 100% renovable en 2020.