Pebrobras Biocombustível, la filial de compañía brasileña Petrobras, ha comenzado a trabajar en un innovador proyecto para aprovechar los aceites de pescado extraído de las vísceras y aprovecharlo para la producción de biodiésel.
La idea, aunque no es completamente nueva, destaca especialmente por los problemas que ha enfrentado en los últimos tiempos Brasil para responder a la demanda de biocarburantes, así como la gran “materia prima” que poseen. De hecho, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en el mundo se consumen anualmente cien millones de toneladas de pescado a nivel mundial.
En cuanto al proceso de extracción, puede decirse que es sencillo. Consiste en extraer las vísceras del pescado fileteado, se prensan y se sacan de ellos mediante un extractor, su contenido en aceite.
Tal como indica la FAO, para poder producción biodiesel con pescado, habría que extraer el aceite mediante un proceso de separación con agua a 90 grados Celsius, que se meclaría con un 9% de metanol y sosa cáustica. El objetivo, separar la glicerina del biodiésel. Más tarde se añadiría manganeso para purificar el combustible. Como resultado se obtendría, al menos, un litro de biodiésel a partir de 1 kg de residuos de pescado-
Si bien, uno de los objetivos del proyecto sería hacer más rentable esta producción. En cualquier caso, «las tripas no tienen un valor elevado, por lo que hacer biocombustible a partir de las vísceras puede ser la mejor manera de usarlas, aunque el rendimiento sea menor», afirma el investigador de la Universidad de Aarhus, Alastair Ward. Y no es el único proyecto puesto en marcha en este sentido por Petrobras Biocombustível. «Biopeixe» es otra iniciativa de la firma que realiza con piscicultores de la región de Jaguaribara, en Ceará, para producir biodiésel de residuos del pescado.
