Presentan el Indicador Social Repsol de Eficiencia Energética 2013

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Fundación Repsol, concienciada sobre la importancia de impulsar el  cambio de hábitos en la ciudadanía hacia un uso más eficiente de la  energía, ha publicado la tercera edición del Indicador Social Repsol de Eficiencia Energética (ISE²-R), que se ha presentado en la sede de la Fundación en Madrid.

Cesar Gallo, vicepresidente de Fundación Repsol ha expuesto las principales conclusiones del informe del Indicador Social de Eficiencia  Energética Repsol 2013, acompañado por Gabriela Urosa, directora del área de Estudios Sociales y Comunicación.

Este estudio se ha realizado a través del Observatorio de Energía,  puesto en marcha en 2009 por Fundación Repsol, como muestra de su  compromiso social hacia un nuevo modelo energético sostenible.

El método de trabajo diseñado es integral y diferencial. Para profundizar  en el sentir ciudadano, contempla tanto un análisis de la situación  actual, basado en entrevistas a expertos y análisis bibliográfico, como un extenso trabajo sociológico de campo, a partir de la realización de una macroencuesta telefónica a 4.364 ciudadanos y contrastado por 10 focus groups y 14 entrevistas a early adopters.

Este indicador pionero, creado en 2009, es una herramienta de gran valor, que cuantifica desde una perspectiva social cómo los ciudadanos perciben la eficiencia energética y permite, a partir del análisis y entendimiento de sus conocimientos, actitudes y comportamientos, diseñar los planes y medidas adecuados.

En un contexto de incremento del precio y consumo de energía en el hogar, y tras varios años de crisis económica, con una reducción  progresiva del gasto medio por hogar desde 2008, en esta edición del estudio se ha querido dar un paso más y analizar cómo la crisis económica afecta a los patrones de actitud y comportamiento frente a la  eficiencia energética y el ahorro.

Como resultado del trabajo realizado, el Observatorio de Energía de Fundación Repsol propone una serie de recomendaciones con un objetivo de colaboración con la Administración y los agentes sociales para la promoción del conocimiento y el impulso de cambios de hábitos en la ciudadanía hacia un uso más eficiente de la energía y un modelomás sostenible. Se han presentado algunas de las 16 recomendaciones para contribuir a hacer frente al reto social de la eficiencia energética:

•Movilizar e implicar al ciudadano, con acciones que permitan interiorizar el ciclo completo de la energía y estimulen acciones para el uso responsable de recursos finitos.

• Ruptura de mitos y barreras, informando y concienciando sobre los beneficios concretos alcanzables con tecnologías más eficientes.

• Esfuerzo conjunto y coordinado de todos los agentes, porque las grandes empresas deben responder a la demanda social, ser motor de cambio, liderando la introducción y el mantenimiento de conductas de ahorro y la eficiencia en sus procesos de trabajo, apoyados por una labor formativa.

Fundación Repsol lleva años realizando proyectos que recogen la esencia de algunas de las recomendaciones realizadas: trabajando para dar visibilidad al ciclo completo de la energía y concienciando sobre el reto de la eficiencia energética, que está en manos de todos, en los detalles más pequeños, conscientes de que la suma es lo que importa.

Resultados: Las claves en el camino hacia la eficiencia energética

• El Indicador Social Repsol de Eficiencia Energética 2013 puntúa este año 62,23 sobre un total de 100 puntos, mostrando que la sociedad comparte el interés por la eficiencia energética. Se observa una leve mejoría respecto a años anteriores, propiciada por un importante avance en conocimientos en estos 5 últimos años. Aunque todavía hay un largo camino por recorrer.

• A pesar de que el consumo del ciudadano, en su hogar y en su coche, constituye casi un  40% de la demanda de energía en España, el ciudadano no percibe su responsabilidad en el consumo diario para la mejora de la eficiencia energética y sólo el 7% de los  encuestados considera importante la búsqueda activa de información, mientras que una mayoría señala a las administraciones (63%) y a las compañías energéticas (47%) como responsables de facilitar información.

• El ciudadano no tiene una visión global del impacto de sus acciones, y cada año menos personas consideran que el ahorro de energía tenga un efecto positivo (33% de los  encuestados en 2013).

•El 60% de los hogares han visto su situación económica muy influida por la crisis.

• El 75% de los ciudadanos han recortado gastos o intentado ahorrar en energía como  consecuencia de la crisis. En estas circunstancias, prima una motivación económica, donde el incentivo principal para reducir el consumo es reducir la factura.

• El 80% de la población piensa que la crisis ha influido mucho en los hábitos o actitudes de  la sociedad sobre el consumo energético.

• La mayoría de ciudadanos (93%) confían en que mantendrán los hábitos de consumo responsable tras la crisis.

• Los ciudadanos se han segmentado en cinco grandes grupos en función de si les afecta la crisis y si han reducido sus gastos de energía. Se obtienen las siguientes tipologías: No afectados (8 %), acomodados (22%), ahorradores concienciados (9 %), resistentes (15%) y por último, los ahorradores forzosos (46%).

• Los ahorradores forzosos se han visto forzados a reducir su gasto energético como consecuencia de la crisis: 85% actúa para controlar el gasto, 90% ha cambiado hábitos en el hogar, 75% ha cambiado hábitos en el transporte y 75% ahorra aunque le suponga pérdida de confort.

• La intención de ahorrar energía no se traduce en reducción del consumo para todos: el porcentaje de población cuya percepción de ahorro de energía se traduce en un recorte en gastos es del 82% para los muy afectados por la crisis y sólo del 41% para los ciudadanos poco afectados por la crisis.