bp presenta el Energy Outlook 2020

El nuevo informe aborda el posible desarrollo del panorama energético global hasta 2050 con tres escenarios diferentes

El nuevo informe Energy Outlook 2020 aborda el posible desarrollo del panorama energético global hasta 2050.

El Energy Outlook 2020 de bp explora los posibles caminos para la transición energética global; cómo pueden evolucionar los mercados energéticos mundiales en los próximos treinta años y las principales incertidumbres que podrían presentar.

Con la mirada puesta en 2050 –una década más que en ediciones anteriores– el Outlook se centra en tres principales escenarios.

En los tres, la demanda energética mundial continúa creciendo durante al menos una parte del periodo analizado. No obstante, en este tiempo, la estructura de la demanda energética cambia radicalmente; así los combustibles fósiles pierden protagonismo a favor de una cuota mayor de las renovables y al papel más relevante que juega en la electricidad.

Tres escenarios

El Outlook de 2020 explora la transición energética hasta 2050 utilizando tres escenarios principales. No se trata de predicciones, sino en suposiciones alternativas sobre el contexto político – social; y están diseñados para ayudar a explorar los posibles resultados en los próximos 30 años.

  • Rapid (rápido) asume la introducción de medidas políticas, lideradas por un aumento significativo en los precios del carbono; resultado de una caída de las emisiones derivadas del uso de la energía en un 70% en 2050 en comparación con los niveles de 2018. Este escenario está en línea con la limitación del aumento de las temperaturas globales muy por debajo de los 2 °C para 2100.
  • Net Zero (emisiones netas cero) asume que las medidas políticas de Rapid están reforzadas por cambios significativos en el comportamiento; y en las preferencias de la sociedad y los consumidores, como la adopción de economías circulares y colaborativas; y un cambio a fuentes de energía bajas en carbono. Esto aumenta la reducción de emisiones de carbono en un 95% para 2050. Este escenario limitaría el aumento de las temperaturas a 1,5 °
  • Business-as-usual o BAU (sin cambios) asume que las políticas gubernamentales, las tecnologías y las preferencias sociales siguen evolucionando de la misma manera y a igual velocidad. En BAU, las emisiones de carbono derivadas del uso de la energía alcanzan el punto más alto a mediados de la década de 2020; pero no disminuyen de manera significativa, sino que supone una reducción de las emisiones en 2050 inferior al 10% con respecto a los niveles de 2018.

Aumento del precio del carbono:

Tanto el escenario Rapid como Net Zero asumen un aumento en los precios del carbono, alcanzando en 2050 los 250 $/tonelada de CO2 en países desarrollados; y 175 $/tonelada en economías emergentes. Siendo mucho más bajos en el escenario BAU, con un precio del carbono que solamente alcanza una media de 65 $ y 35 $/tonelada de CO2 para 2050 en economías desarrolladas y emergentes, respectivamente.

Temas clave del Energy Outlook 2020

Creciente demanda de energía:

En los tres escenarios, la demanda mundial de energía va en aumento, impulsada por el aumento de la prosperidad y los niveles de vida en el mundo emergente. La demanda de energía primaria se estanca en la segunda mitad del período previsto en el Outlook en Rapid y Net Zero a medida que se aceleran las mejoras en la eficiencia energética. En BAU, la demanda sigue creciendo a lo largo de todo el período previsto en el Energy Outlook 2020, alcanzando alrededor de un 25% más para 2050.

Reestructuración fundamental de los sistemas energéticos mundiales:

La transición a un sistema energético con menos emisiones de carbono da lugar a una combinación energética más diversa. La escala del cambio varía mucho entre los escenarios, con la disminución de hidrocarburos en la energía primaria de un 85% en 2018 al el 65 y el 20% en 2050; y el aumento de la energía renovable entre el 20%-60%.

Caída de la demanda de petróleo:

Todos los escenarios prevén una caída de la demanda de petróleo en los próximos 30 años: reducción del 10% para 2050 en BAU, alrededor de 55% de reducción en Rapid, llegando al 80% en Net Zero.

En el escenario BAU la demanda se mantiene plana hasta principios de la década de 2020; y tanto en Rapid como en Net Zero, la demanda de petróleo nunca se recupera del todo de la caída causada por el Covid-19.

La disminución de la demanda de petróleo se debe a la creciente eficiencia y electrificación del transporte por carretera.

En los tres escenarios el uso del petróleo en el transporte alcanza su punto máximo a mediados y finales de la década de 2020. La participación del petróleo en la satisfacción de la demanda de transporte cae de más del 90% en 2018 a alrededor del 80% en 2050 en BAU; al 40% en Rapid; y a sólo el 20% en Net Zero.

Gas más resistente:

La previsión para el gas se ve favorecida por una demanda amplia y la creciente disponibilidad de suministros a nivel mundial.

La demanda mundial varía significativamente entre los distintos escenarios. Alcanza su punto máximo a mediados de la década de 2030 en Rapid y a mediados de la década de 2020 en Net Zero; y para 2050, resulta similar a la de 2018 y alrededor de un tercio más baja, respectivamente en esos dos escenarios.

Con respecto a BAU, la demanda de gas aumenta a lo largo de los próximos 30 años llegando a ser alrededor de un tercio superior en 2050.

La energía eólica y la energía solar lideran el rápido crecimiento de la energía renovable:

Las energías renovables son la fuente de energía de más rápido crecimiento en los próximos 30 años en todos los escenarios. La participación de energía primaria procedente de las renovables crece de alrededor del 5% en 2018 al 60% en 2050 en Net Zero, 45% en Rapid y 20% en BAU.

La energía eólica y la solar dominan este crecimiento, apuntalado por las continuas caídas en los costes de desarrollo. Dichos costes disminuirán en 2050 alrededor de un 30% y un 65% para la energía eólica y la solar respectivamente en Rapid y en un 35% y 70% en Net Zero.

El crecimiento requiere una aceleración significativa en la construcción de capacidad renovable. En Rapid y Net Zero el aumento anual medio de la capacidad eólica y solar durante la primera mitad del período previsto es de alrededor de 350 GW y 550 GW respectivamente; en comparación con el promedio anual de alrededor de 60 GW desde 2000.

El mundo sigue electrificándose:

La descarbonización del sistema energético hace que se electrifique una cantidad cada vez mayor del uso energético final.

Para 2050 la participación de electricidad en el consumo final total aumenta de un poco más del 20% en 2018 al 34% en BAU, 45% en Rapid y más del 50% en Net Zero.

El crecimiento de la generación eléctrica está dominado por la energía renovable, que representa todo el crecimiento en Rapid y Net Zero y alrededor de tres cuartas partes en BAU.

El cambio en el mix de combustible, combinado con el creciente uso de CCUS, hace que las emisiones de carbono del sector eléctrico disminuyan en más de un 80% en Rapid; en comparación con sólo un 10% en BAU.

El hidrógeno y la bioenergía crecen:

A medida que el sistema energético se descarboniza progresivamente, hay un papel cada vez más importante para el hidrógeno y la bioenergía. El uso del hidrógeno aumenta en la segunda mitad del período previsto en el Energy Outlook 2020 en Rapid y Net Zero,

Para 2050, el hidrógeno representa alrededor del 7% del consumo final de energía (excluyendo los usos no combustibles) en Rapid y el 16% en Net Zero.

El alejamiento de los hidrocarburos tradicionales también conlleva que la bioenergía tenga un papel cada vez más importante, incluyendo: biocombustibles líquidos utilizados principalmente en el transporte; el biometano que puede sustituir al gas natural y la biomasa utilizada predominantemente en el sector eléctrico. Para 2050, la bioenergía representa alrededor del 7% de la energía primaria en Rapid y casi el 10% en Net Zero.

El mundo va por una senda insostenible: los escenarios muestran que para lograr una caída rápida (escenario Rapid) y sostenida de las emisiones de carbono es probable que se requiera una serie de medidas políticas, encabezadas por un aumento significativo de los precios del carbono.

Es posible que estas políticas deban reforzarse aún más a través de la introducción de cambios en los comportamientos y preferencias de la sociedad. La demora de estas medidas políticas y de los cambios sociales puede aumentar considerablemente la magnitud del desafío; y dar lugar a importantes costes económicos y dificultades adicionales.