La consejera de Industria, Energía y Medio Ambiente ha explicado el recientemente aprobado Decreto Eólico de Castilla-La Mancha. Una actuación que permite vincular la generación de electricidad a través de fuentes limpias al desarrollo de proyectos industriales y tecnológicos.
Paula Fernández, ha anunciado que “el nuevo Decreto Eólico servirá para consolidar el modelo de desarrollo sostenible que defiende el Gobierno del presidente Barreda. Un modelo basado en el medio ambiente y las energías renovables como principales fuentes de lucha contra el cambio climático, creación de empleo, dinamización industrial y aumento de la competitividad del sector en el mercado internacional”.
Con estas palabras, la consejera ha explicado el Decreto por el que se regula el aprovechamiento de la energía eólica en la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha. Una actuación, ha añadido, “que permitirá vincular la generación de electricidad a través de fuentes limpias al desarrollo de proyectos industriales y tecnológicos que aporten progreso, empleo verde y riqueza a nuestra región”.
Este progreso, ha mencionado Paula Fernández, “viene de la mano de las políticas de transparencia y seguridad que caracterizan todas las medidas aprobadas por el Gobierno de Castilla-La Mancha, puesto que las empresas interesadas en la instalación de parques eólicos en la región podrán presentarse, a través de un proceso de libre concurrencia, mediante una Orden publicada en el Diario Oficial de Castilla-La Mancha”.
Asimismo, todos los proyectos que se presenten han de ir acompañados de un Plan Integral de Desarrollo Eólico “que permita la implantación de industrias del sector que nos permita generar empleo y crecer en tecnología punta”.
En esta línea, la responsable autonómica ha destacado que “el objetivo del presidente Barreda es implantar 2.900 megavatios en los próximos años, lo que nos permitirá, además de seguir siendo líderes en producción, garantizar un futuro de desarrollo y oportunidades empresariales y económicas ligado a las renovables”.
Esta realidad, se traduce en la reducción de dos millones de toneladas de CO2 a la atmósfera durante los dos últimos años, 2008 y 2009, gracias a la entrada en funcionamiento de un importante paquete de renovables en la región procedente, fundamentalmente, de los sectores eólico y solar.
