En la última reunión del Consejo de Estado, la industria automovilística china se ha fijado el objetivo de producir 500.000 coches eléctricos al año antes de 2015 y de cinco millones en 2020.
Con ello, se pretende poner al día a una industria que carece de un equipamiento moderno y de la capacidad para aprovecharse de las economías de escala, lo que impide que los vehículos eficientes chinos alcancen los estándares vigentes en otros países más desarrollados, según un informe del sector y del propio Ejecutivo.
La intención de las autoridades locales pasa por conseguir que la media de consumo de los automóviles que circulan por las carreteras chinas no supere los cinco litros de combustible a los 100 kilómetros en los próximos siete años. Así se lograría el doble objetivo de reducir la dependencia de fuentes de energía fósiles y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Junto con las ayudas a la compra y a la industria, el Gobierno se ha embarcado en un plan para dotar al ‘gigante’ asiático de estaciones de servicio para coches eléctricos, dentro de las ciudades y en los trayectos entre poblaciones. A finales de 2011, China contaba con 168 estaciones de carga en 25 ciudades.
China, que se ha erigido como el principal mercado de automóviles del mundo, puede convertirse en uno de los destinos preferentes para los coches eléctricos e híbridos, aunque varios expertos advierten de que aún hay queda mucho camino por recorrer hasta que el apoyo institucional se convierta en aceptación de los usuarios privados.
Fuente: Xinhua
