España necesita sectores como el de la energía eólica

Heikki-Willstedt_AEE

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Heikki Willstedt, director de Políticas Energéticas de la Asociación Empresarial Eólica (AEE) analiza los cambios que se planean con el nuevo marco regulatorio, así como el futuro del sector eólico.

EfikosNews: La Asociación Empresarial Eólica (AEE) centra su lucha en estos momentos en impedir la reducción de la retribución de este tipo de energía, tal como se recoge en ¿Qué consecuencias puede tener esta medida?

Heikki Willstedt: El objetivo no es exactamente evitar una reducción de la retribución, ya que el sector acepta que, dada la situación económica actual y en aras de la solidaridad, el nuevo marco regulatorio ha de ser más restrictivo que el actual.

Lo que pretendemos es que no salga adelante el real decreto tal y cómo ha sido enviado a la CNE, ya que en esos términos es el peor escenario posible: no garantiza la rentabilidad razonable de los proyectos e introduce elementos que eliminan la certidumbre sobre la retribución, por lo que impide el acceso a la financiación. En ese contexto, de lo que estamos hablando es de un apagón eólico que tendrá como consecuencia la destrucción de unos 15.000 empleos, que afectaría a toda la cadena de suministro, desde las grandes empresas a los pequeños proveedores.

Además, se producirán deslocalizaciones por parte de los grandes fabricantes, por lo que el eólico podría perder su importancia como sector exportador cuando aún le queda recorrido a pesar de la competencia de otros países. Los promotores destinarán sus inversiones a otros países, los inversores perderán la confianza y las comunidades autónomas no podrán cumplir sus planes energéticos.

EfikosNews: Según argumenta AEE, la norma enviada por Industria a la CNE podría hacer inviable la puesta en marcha a partir de 2013 de proyectos eólicos, ¿Puede considerarse un paso hacia atrás para todos los avances conseguidos en este campo?

Heikki Willstedt: Sería un paso atrás muy importante. Si este real decreto saliese adelante, se pondría en riesgo el importante tejido industrial construido en nuestro país. El mercado eólico, en el que España es referente indiscutible, está creciendo de forma notable en el mundo en un escenario de fuerte competitividad en precio e innovaciones tecnológicas, por lo que un parón del sector en nuestro país impediría implantar los nuevos desarrollos y las plataformas avanzadas que permitirían consolidar y mantener la posición de la industria nacional a nivel global. Si se paraliza la industria hoy, no será posible reactivarla ni recuperar el empleo destruido dentro de unos años, con la consiguiente pérdida de oportunidades en y para nuestro país.


EfikosNews: A pesar de la situación actual, durante la última feria de Power Expo se pudo ver el gran potencial  eólico y los adelantos tecnológicos desarrollados por las compañías del sector ¿Estamos ante una industria consolidada capaz de competir en todo el mundo, tal como se resalta en su último informe?

Heikki Willstedt: Estamos ante una industria que ha alcanzado un elevado grado de madurez, pero que aún necesita un pequeño impulso –vía incentivos- para poder competir en igualdad de condiciones con las energías convencionales.


EfikosNews: ¿Qué hace falta para poder seguir por este camino de crecimiento tecnológico y proyectos eólicos en nuestro país?

Heikki Willstedt: Lo más importante es un marco regulatorio apropiado, que garantice la rentabilidad razonable de los proyectos hasta que la eólica alcance el grado de competitividad necesario.


EfikosNews: Desde la AEE también se resalta la contribución de las renovables a la reducción de la dependencia energética de nuestro país y la necesidad de apoyar estas tecnologías ¿se justifican así la inversión y las ayudas al sector?  ¿Cree que son caras las energías renovables?

Heikki Willstedt: La eólica no es una tecnología cara, sino todo lo contrario. Las primas nacen en los años noventa con el fin de incentivar a las energías limpias y no contaminantes en vez de gravar a las que se basan en combustibles fósiles. En España, el sistema de retribución que se instauró, el feed in tariff (precio de mercado más prima), que es considerado el más eficiente de la UE por la Comisión Europea, ha sido clave en el desarrollo de nuestro sector. Gracias al marco regulatorio, unido a la visión de las empresas y el amplio apoyo social, el sector eólico español es líder mundial. ¿Y sabe cuánto le cuesta la eólica al mes a cada hogar medio español? 1,3 euros.

EfikosNews: Las energías limpias se presentan en el informe como la base del cambio de modelo productivo ¿por qué aportan ese valor diferenciador a nuestra economía?

Heikki Willstedt: España necesita sectores como el eólico por varias razones: crea riqueza y empleo de calidad (más del 50% de los trabajadores del sector son titulados superiores), es un sector exportador de tecnología (por más de 2.000 millones de euros al año, más que el sector del vino o el del calzado), invierte fuertemente en I+D (España es el cuarto país del mundo en patentes eólicas)… Creo que es evidente que España necesita más sectores de estas características para poder modificar su modelo productivo hacia sectores que ofrezcan mayor valor añadido.


EfikosNews: ¿Cómo cree que se desarrollará la implantación de la eólica durante los próximos años? ¿Qué nos queda aún por hacer, a pesar de las trabas que se encuentran?


Heikki Willstedt:
 En España queda casi todo por hacer en eólica. Basta pensar que según la evaluación del potencial eólico español hecho por el IDAE se podrían instalar 107.000 MW de eólica terrestre en condiciones económicas y técnicas asumibles. Esto significa que si se cumpliera con el objetivo de 35.000 MW para 2020 que establece el PER estaríamos en un 35% del potencial tras 30 años de trabajo (1990-2020), por lo que hasta alcanzar un alto nivel de consecución del potencial eólico español el sector podría seguir trabajando en poner nuevas instalaciones por lo menos hasta el año 2060-2070.

Y luego seguiría habiendo trabajo porque también se irían cambiando los aerogeneradores según fuera mejorando la tecnología y llegando al fin de su vida útil las máquinas ya instaladas. En realidad el sector podría existir por lo menos durante todo este siglo si además se le añade el gran reto del salto a la eólica marina: para 2020 la UE espera que el 17% de las instalaciones eólicas estén en el mar donde el viento sopla durante más tiempo y es más estable.

Aquí una vez más el objetivo español es casi testimonial con sólo 750 MW para 2020. Y la tercera pata del desarrollo eólico son las máquinas pequeñas que servirán a abastecer a los consumidores de electricidad que estén en lugares con viento y que ante la escalada de precios de los combustibles fósiles, y por lo tanto también de la electricidad si ésta es generada quemándolos, opten por convertirse en autoproductores.

La capacidad del sector eólico español de participar en este futuro con tanto potencial depende ahora de la capacidad del Ministerio de Industria de entender que el sector necesita visión a largo plazo, estabilidad regulatoria, y una rentabilidad razonable que atraiga las inversiones para seguir avanzando hasta la plena competitividad con las fuentes convencionales.

Según el Plan de Energías renovables esa competitividad se alcanzaría antes del año 2020 por lo que ¿Por qué paralizar el sector eólico durante 3-5 años  justo cuando está a punto de ser competitivo a riesgo de destruir la industria eólica española que ha costado 20 años desarrollar? Como diría el dicho: ¿tanto nadar para morir en la orilla?