Las tres principales tecnologías ecológicas emergentes

Young seedling growing in sunlight
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Las tres principales tecnologías ecológicas emergentes: Según los científicos e Internet, la Tierra tiene 4.543 millones de años. En comparación, los humanos solo llevan en ella unos modestos 200 000 años. Existe consenso en cuanto a nuestro deseo de continuar con nuestra existencia lo máximo posible, y todo lo que se pueda hacer para ampliar la vida de nuestro planeta Tierra debe probarse y ensayarse. En este número, el director general de European Automation, Mark Proctor, desvela sus tres principales tecnologías medioambientales emergentes en las que hay que fijarse.

» Mark Proctor, desvela sus tres principales tecnologías medioambientales emergentes en las que hay que fijarse»

  1. Biocombustible

Indudablemente, quedará petróleo en el suelo en 150 años, pero si los humanos serán capaces de acceder a él es una cuestión completamente diferente. No es una buena noticia si se tiene en cuenta que en 2014 solo los EE. UU. consumieron 19,1 millones de barriles al día. Por ello, tampoco sorprende que se estén probando constantemente alternativas. Los ingredientes varían desde la caña de azúcar a las bacterias, e incluso a vísceras de pavo.

Una alternativa a los combustibles fósiles es el biohidrocarburo. Se trata de biomasa de plantas con un alto contenido en ácidos grasos mezclada con hidrógeno que utiliza un catalizador, como el cobalto.

En 2009, Japan Airlines se convirtió en la primera aerolínea comercial en realizar un vuelo usando una mezcla de biocombustibles. El biocombustible empleado estaba fabricado con una planta denominada Camelina sativa, comúnmente conocida como linaza, y usada en una mezcla de 50/50 con combustible habitual para motores de avión: el queroseno.

Gracias a las diversas investigaciones en el ámbito de los biocombustibles y la presión por parte de los gobiernos para que los fabricantes de automóviles y aviones comiencen a incorporar el potencial de biocombustibles en los diseños, no tardaremos mucho en ver más movimientos en este frente.

Además, es probable que los biocombustibles comiencen a penetrar en una mayor diversidad de sectores. Por ejemplo, antes se utilizaban los generadores diésel como suministros de respaldo y de energía de reserva, pero ahora vemos cómo se empiezan a usar más los generadores de gas natural más económicos. Que los biocombustibles se impongan también a estos es solo una cuestión de tiempo.

  1. Eco Obsolete Technology (EOT)

La EOT hace referencia a la automatización industrial obsoleta que sigue cumpliendo los estándares de eficiencia energética vigentes, a pesar de que el fabricante ya no los produzca ni dé soporte para ellos. La Eco Obsolete Technology desempeña un papel fundamental a la hora de conseguir que la industria siga cumpliendo los reglamentos en materia energética.

Las normas internacionales, como ISO 50001 y los programas como la Directiva europea Ecodesign y el Energy Savings Opportunity Scheme (ESOS), comportan que cada vez más tecnología anticuada se haya ido quedando por el camino por el hecho de no encajar con las normas de eficiencia.

Sin embargo, el fenómeno de la obsolescencia programada, es decir, la vida útil que prediseña un fabricante para un producto, también implica que la tecnología útil pase a ser obsoleta más rápido que nunca.

El término obsoleto suele evocar asunciones erróneas. Contrariamente a la creencia popular, no significa defectuoso, roto ni arcaico. El término obsoleto solo indica que el fabricante ya no lo produce o no le da soporte porque probablemente tenga un nuevo producto con el que desea que usted se actualice.

Hacer uso de la Eco Obsolete Technology tiene numerosos beneficios medioambientales para las empresas. Además de cumplir las directrices de eficiencia energética, la tecnología garantiza un menor número de inversores obsoletos, interfaces hombre-máquina (HMI) y motores que terminan en vertederos.

  1. Frenado regenerativo

Una tecnología de eficiencia energética que ya lleva bastante tiempo entre nosotros, pero a la que aún le queda por captar toda la atención, es el frenado regenerativo. La tecnología convierte la energía cinética que se habría malgastado en un sistema de frenado tradicional en energía eléctrica que puede utilizarse inmediatamente o guardarse para un uso posterior.

Las aplicaciones del frenado regenerativo son habituales en la ingeniería pesada, la minería, el transporte, los ascensores y otras aplicaciones que requieren de un gran frenado y reinicio. El mecanismo es sumamente prevalente en los vehículos eléctricos e híbridos, donde la energía se guarda en las baterías, y ya existen incluso planes para introducirla en trenes de aterrizaje de aviones.

Un dato menos conocido es que el frenado regenerativo también puede usarse en la industria para ahorrar energía y dinero. Por ejemplo, empleando una unidad de frenado regenerativo en aplicaciones que utilizan un frenado constante, como bancos de pruebas para motores, transmisiones y centrales eléctricas, se puede regenerar la energía de frenado del sistema de propulsión y retroalimentar la red.

Las unidades utilizan una tarifa de alimentación similar a las encontradas en turbinas eólicas domésticas y semicomerciales, con el fin de permitir que las empresas carguen al proveedor de electricidad el exceso de electricidad devuelta, en caso de que el edificio no use la energía de forma local.

Cuando las normativas de eficiencia energética se vuelvan más estrictas, que lo harán, seguro que serán cada vez más las empresas del sector que se cambien a equipos regenerativos, en lugar de las resistencias de frenado. Con el crecimiento de la demanda, también crecerá la competencia, lo que conllevará unidades de frenado regenerativo más baratas para todos.

El objetivo final consiste en que el sector llegue a ser lo más eficiente posible desde el punto de vista energético. A nadie le gustan los deshechos, especialmente cuando se pueden evitar, y por ello, saber que hay tecnologías e ideologías eficientes surgiendo constantemente supone un paso hacia delante. En realidad, podría haber mencionado 20 tecnologías ecológicas en este artículo, pero he considerado que sería mejor así en pos de su eficiencia. Gracias a los avances en materia de ciencia e ingeniería, espero la raza humana pueda seguir habitando al menos otros 200 000 años un planeta sano.