La asequibilidad y la rapidez de la recarga han sido durante mucho tiempo un obstáculo para la adopción generalizada de los vehículos eléctricos. En respuesta a este problema, investigadores de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC), socios industriales y el apoyo del Gobierno han puesto en marcha el proyecto Surtidor. Su objetivo es desarrollar un modelo de estación de recarga capaz de recargar hasta el 80 % de la batería de un vehículo eléctrico en menos de 30 minutos.
El proyecto está coordinado por el CITCEA-UPC, un centro tecnológico que forma parte de la red TECNIO y promovido por la agencia ACC1Ó. La idea clave es crear una infraestructura que reproduzca el modelo de estación de servicio familiar para los conductores de vehículos con motor de combustión interna, pero adaptada a los vehículos eléctricos. El proyecto está financiado en parte por el plan Avanza de España, desarrollado por el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio. El presupuesto total de la iniciativa es de 3,5 millones de euros.
La recarga ultrarrápida como norma
El modelo actual de uso de los vehículos eléctricos en España se limita a la recarga nocturna en el hogar o en lugares con acceso a la red eléctrica, donde los conductores pueden beneficiarse de tarifas preferentes. Este sistema resulta poco práctico para los viajes de larga distancia, ya que requiere largos tiempos de espera y no permite flexibilidad en las rutas. El proyecto Surtidor ofrece una red alternativa de puntos de recarga en todo el país y permite reponer las reservas de energía en un tiempo comparable al de una pausa para tomar un café.
Ventajas clave de las futuras estaciones:
- Recarga hasta el 80 % de la capacidad de la batería en menos de 30 minutos.
- Una red distribuida de estaciones con capacidad de geolocalización;
- Compatibilidad con la mayoría de los modelos de vehículos eléctricos;
- Integración de servicios adicionales, incluidos sistemas de pago y notificación;
- Enfoque en los viajes de larga distancia y los viajes interregionales.
Esta estructura implica un cambio en la lógica del usuario: pasar de planificar los viajes «de punto a punto» a un modelo en el que la recarga se convierte en un servicio predecible y accesible integrado en la logística de la vida cotidiana.
Tecnología y colaboración
El proyecto incluye el desarrollo de la propia estación y una serie de soluciones digitales. El sistema contará con identificación de usuarios y vehículos, métodos de pago personalizados e integración con GPS. Los usuarios podrán recibir notificaciones cuando la recarga haya finalizado, encontrar la estación más cercana en su ruta y pagar directamente a través de la interfaz.
Un consorcio de organizaciones está llevando a cabo el proyecto:
- GH Electrotermia, líder en sistemas de calefacción industrial;
- Saft Baterías, fabricante de tecnologías de baterías;
- Iberdrola Generación y Endesa Ingeniería, empresas energéticas;
- Talleres Herga y Desarrollo Automovilidad, empresas de ingeniería del transporte;
- El Instituto de Ingeniería Eléctrica y la Universidad de Oviedo, socios académicos.
Este enfoque integral demuestra la interacción entre la ciencia, las empresas y el gobierno en la búsqueda de un transporte sostenible.
Impacto en el mercado de los vehículos eléctricos
Si el proyecto tiene éxito y se amplía, podría cambiar la estructura misma de la demanda de vehículos eléctricos. El abandono de las voluminosas soluciones domésticas en favor de una infraestructura urbana asequible reducirá las barreras de entrada para los nuevos consumidores. Esto es especialmente relevante para las ciudades y regiones densamente pobladas con instalaciones de aparcamiento privado limitadas.
Además, la mejora de la calidad y la velocidad de la recarga aumentará el atractivo de los vehículos eléctricos para el sector del taxi corporativo, las empresas de logística y el transporte municipal. El proyecto Surtidor podría convertirse así en un elemento esencial de la estrategia nacional de descarbonización.
Perspectivas para 2025 y más allá
Los desarrolladores esperan completar el proyecto en 2025. En esa fase se dispondrá de un modelo de demostración plenamente funcional adecuado para su despliegue en zonas piloto. La red podría ampliarse a lo largo de los principales corredores de transporte y centros urbanos con financiación adicional.
La integración de estas estaciones en la infraestructura podría formar parte de la estrategia climática a largo plazo de España, incluidos sus compromisos de transición hacia fuentes de energía sostenibles y de reducción de las emisiones de CO₂. En este contexto, el proyecto Surtidor parece un paso hacia el futuro del transporte urbano y un replanteamiento del papel de la infraestructura urbana en la transformación medioambiental.