Andalucía, a la cabeza en energía solar fotovoltaica

La Comunidad mantiene más mercado y atrae más  inversión que las demás tras el cambio de regulación: 68,4  MW de los 477,2 MW adjudicados por el Gobierno en 2010

28 de septiembre de 2011. La Asociación de la Industria  Fotovoltaica (ASIF) y la Asociación de Promotores y Productores de  Energías Renovables de Andalucía (APREAN) han desvelado en  Sevilla, en una Jornada de Encuentro con los Medios de Comunicación, la ventajosa situación de la energía fotovoltaica en Andalucía: es la Comunidad Autónoma que mantiene más mercado –y más inversión  capta– tras el cambio de regulación de 2008.

En el último ejercicio  completo, 2010, logró incluir más potencia solar que las demás en el cupo  máximo establecido por el Gobierno central.

Durante el boom solar de 2007 y 2008, Andalucía instaló casi 700 MW y  en la actualidad es la segunda Comunidad Autónoma por volumen total de  mercado, tras Castilla-La Mancha. Tras un desastroso 2009 –en toda España se instalaron sólo 17 MW–, Andalucía instaló en 2010 un total de 55,42 MW y  fue tercera en el ranking nacional, tras Extremadura (60,15 MW) y Castilla y  León (56,71 MW), y a cierta distancia de Murcia (44,25 MW).

Junto a este  notable tercer puesto, Andalucía fue la Comunidad Autónoma que consiguió  incluir un mayor número de proyectos fotovoltaicos en el cupo anual de  adjudicaciones establecido por el Gobierno central: 68,4 MW, repartidos en 208  instalaciones, sobre un cupo de 477,2 MW.

Estos datos recientes indican que las excelentes condiciones de  irradiación de Andalucía, así como la calidad de su tejido empresarial, están  permitiendo que la región mantenga un volumen de mercado fotovoltaico mayor  que en otras zonas del país tras el cambio de regulación que se produjo en  2008.

Un mayor mercado fotovoltaico se traduce en una mayor producción de  electricidad limpia, autóctona, segura y renovable. Durante 2010, Andalucía  produjo un total de 1.194 GWh, energía fotovoltaica suficiente como para cubrir el 2,96% de la demanda eléctrica de la Comunidad o para satisfacer las  necesidades de más de 280.000 hogares. Además, se evitó la emisión de 1,12  millones de toneladas de CO2, cantidad que se hubiera emitido al generar esa  misma electricidad con carbón.