El primer ferry eléctrico para vehículos y pasajeros del mundo, alimentado mediante baterías, ha entrado en servicio en Noruega. El transbordador solo utiliza 150 kWh por trayecto, el equivalente a tres días de consumo eléctrico en un hogar noruego estándar.
Construido en colaboración con el astillero Fjellstrand, Siemens ha instalado el sistema completo de propulsión eléctrica y ha acondicionado las estaciones de carga con baterías de iones de litio, que se cargan mediante energía hidroeléctrica. Con el cambio a baterías, el armador Norled ha reducido el coste de combustible hasta en un 60%. Este transbordador representa un hito en la operación de ferris sin emisiones en la costa noruega, que cuenta con al menos otras 50 rutas, que actualmente pueden ser recorridas por buques con baterías.
Debido a que la red eléctrica de la región es relativamente frágil, Siemens y Norled han decidido instalar tres packs de baterías: una batería de iones de litio a bordo del transbordador y una en cada muelle, a modo de reserva. Las unidades de 260 kWh suministran electricidad al ferry mientras está atracado. Después, la batería se recarga lentamente con energía de la red, hasta que el buque regresa para descargar pasajeros y recargarse de energía. Las estaciones de carga se ubican en pequeños edificios del tamaño de un quiosco. Las baterías a bordo del buque se cargan directamente a través de la red durante la noche, cuando el transbordador no está en servicio. Cada pack equivale a 1600 baterías de un automóvil estándar. El transbordador de Norled consume unos dos millones de kWh al año, mientras que un ferry tradicional con propulsión diésel consume al menos un millón de litros de este combustible al año y además emite 570 toneladas de dióxido de carbono y 15 metros cúbicos de óxidos de nitrógeno. «Estamos orgullosos de operar el primer ferry eléctrico del mundo», afirma Sigvald Breivik, director técnico de Norled. «Siemens ha sido un gran socio a la hora de encontrar soluciones innovadoras y sostenibles para nuestro medio ambiente».
A bordo del buque, Siemens ha instalado su sistema de propulsión eléctrica BlueDrive PlusC. Este sistema incluye una batería y un sistema de gobierno, el control de propulsión de las hélices, un sistema de gestión de la energía y un sistema de alarma integrado. Los sistemas de automatización integrados controlan y supervisan las máquinas y los equipos auxiliares del ferry están conectados a través de Profibus al resto de sistemas secundarios.
«Somos optimistas y estamos entusiasmados con esta tecnología y con cómo ayudará a crear el futuro de la tecnología marítima respetuosa con el medio ambiente», señala Mario Azar, director general de la unidad de negocio de Petróleo y Gas y Marítimo de Siemens. «Nos alegramos de aplicar nuestros conocimientos en este campo, incluyendo los sistemas de propulsión eléctrica, a un proyecto que vale la pena», añade Azar.
A diferencia de muchos vehículos eléctricos, esta nave sin emisiones se desarrolló partiendo de cero. El transbordador, de 80 metros de eslora y 20 metros de manga, está propulsado por dos motores eléctricos con una potencia de 450 kilovatios. Está fabricado exclusivamente en aluminio ligero, en lugar del acero que habitualmente se usa en la construcción naval. De esta manera, el buque pesa la mitad que un transbordador convencional, a pesar de las baterías de diez toneladas y de su capacidad de carga de 360 pasajeros y 120 vehículos. El casco de aluminio también tiene el doble de vida útil que uno de acero, lo cual reduce los costes de mantenimiento.
El armador Norled opera la línea de transbordador a lo largo de Sognefjord, entre Lavik y Oppedal, en Noruega. El ferry, totalmente propulsado con electricidad, navega seis kilómetros a lo largo del fiordo 34 veces al día, con una duración por viaje de unos 20 minutos. Esta solución única es resultado de un concurso lanzado en 2010 por el Ministerio de Transporte y Comunicaciones y la Administración de Carreteras Públicas de Noruega. Se espera que las baterías sean mucho más eficientes y menos costosas en los próximos años, lo cual reducirá aún más el peso en la balanza del diésel como combustible más popular.