Desde la Universidad George Mason, en Washington, un equipo de jóvenes investigadores han hallado un innovador avance en materia de biomasa.
Se trata de una fórmula para la mejora de la tecnología actual relacionada con el procesamiento de la biomasa, para que se realice de una manera más eficiente y se pueda transformar en biocombustibles. La idea es que pueda aplicarse a todo tipo de vehículos motorizados, aunque el prototipo en el que trabajan se ha centrado en un clásico cortacésped. Aquí, se aprovecha el proceso de recolección de la biomasa para después pasar a su transformación en biocombustible.
Lo que sí varía es el funcionamiento del aparato. Para ello, lo que han pensado es en una tecnología que permite que sea autónomo y sea capaz de obtenerla energía de la hierba. Así, se va transformando en combustible a medida que se va segando el césped.
El siguiente paso es el comienzo del denominado proceso físico “pirólisis”, que es la descomposición de la materia orgánica cuando está sometida a elevadas temperaturas y en ausencia de oxígeno. Por último, es cuando el hidrógeno que hace falta para alimentar un motor se libera.
Se trata de un innovador adelanto tecnológico no sólo ecológico, sino que puede contribuir aún más al impulso de las energías renovables y la eficiencia energética más allá de todo lo creado hasta ahora.