La biomasa va a jugar un papel crucial en la consecución de los objetivos de uso de energías renovables para el año 2020.
La Asociación Europea de la Biomasa (AEBIOM) y la Asociación Europea de Biogás (EBA) han propuesto acciones a la Comisión Europea para el avance en las políticas de sostenibilidad que den estabilidad a las inversiones.
Según los Planes de Acción de Energías Renovables Nacionales (nREAPs, en España se ha denominado PANER), la contribución total de la bioenergía en 2020 será de 139 Mtoe (millones de toneladas equivalentes de petróleo). En 2020 el suministro de biomasa se estima que alcance los 123 Mtoe. Si las estimaciones de los nREAPs son acertadas, significa que las importaciones de biomasa se incrementarán. Esta demanda tiene que regularse con medidas legislativas unificadoras que eviten barreras entre los Estados miembros.
En febrero de 2010 la Comisión Europea publicó una memoria en la que se proponían a los Estados Miembros recomendaciones sobre la sostenibilidad en la producción de electricidad, calor y frío con biomasa sólida y gaseosa. A finales de 2011 la Comisión tiene que informar por segunda vez, acerca de los criterios de sostenibilidad.
AEBIOM y EBA han propuesto a la Comisión Europea una serie de acciones para la clarificación de estas políticas:
1. Armonización entre las legislaciones de los Estados Miembros.
Con la publicación de la Directiva de Energías Renovables 2009/28/EC (RED), los biocombustibles y biocarburantes líquidos consumidos dentro de la UE, se encuentran sujetos a criterios de sostenibilidad. La puesta en marcha de estos criterios de sostenibilidad están siendo muy complejos. La mayor parte de las dificultades aparecen por la falta de armonización entre las legislaciones nacionales, que generan 27 interpretaciones distintas de la RED, haciendo que las empresas tengan que bregar con demasiados requisitos.
AEBIOM y EBA solicitan a la Comisión Europea una armonización de la normativa y de los requisitos en materia de sostenibilidad para la biomasa sólida y biogás para usos térmicos y eléctricos. También proponen que se haga una guía u hoja de ruta para la correcta interpretación de la normativa en cada Estado Miembro.
2. Reconocimiento de los sistemas de sostenibilidad nacionales.
La armonización de los requisitos de sostenibilidad es crucial, pero también lo es el reconocimiento de los sistemas de auditorías nacionales. El aprovechamiento forestal sostenible tiene una tradición de muchos años en Europa. Los planes de ordenación forestal, los sistemas de certificación FSC o PEFC, entre otros, tienen que considerarse como elementos que contribuyen y han contribuido a la sostenibilidad y al crecimiento de las masas forestales en Europa.
AEBIOM y EBA proponen que se tengan en cuenta los actuales sistemas de sostenibilidad nacionales, como los Planes de Ordenación Forestal y los sistemas FSC y PEFC.
3. Igualdad de trato
Un mismo tipo de biomasa, y su cadena logística, puede utilizarse para producir electricidad, calor, biocarburantes o biogás, que puede usarse para transporte y quedar sujeto a los criterios de la RED. Para evitar distorsiones en el mercado, los criterios para biomasa sólida y biogás para electricidad y calor deberían ser los mismos que los aplicados a los biocarburantes.
La unificación de los criterios de sostenibilidad entre los biocombustibles sólidos y biogás y los biocarburantes asegurará una producción sostenible de biomasa agrícola y forestal independientemente del uso final que se le dé (comida, materiales o energía), asegurando unas mismas reglas de juego y evitando la competencia desleal. La materia prima usada para las plantas de celulosa o las de tableros aglomerados, no están sujeta a ningún criterio de sostenibilidad y se rigen sólo por la demanda.
Los cultivos energéticos agrícolas actualmente cubren sólo un pequeño porcentaje de todos los cultivos agrícolas. Para avanzar significativamente en los criterios medioambientales, es necesario aplicar criterios similares a toda la producción de biomasa, sea cual fuere su uso y también a los combustibles fósiles.
La visión de AEBIOM y EBA consiste en la puesta en marcha de un marco regulatorio que asegure la sostenibilidad de los aprovechamientos forestales y de la agricultura como un todo, independientemente de su uso final. Esto ayudará a evitar competencias desleales en el mercado y contribuirá a la consecución de las políticas medioambientales.
Actualmente la biomasa sólida proviene fundamentalmente de restos de aprovechamientos forestales, industrias forestales y del reciclado de madera. Este tipo de biomasa tiene un valor económico más bajo comparado con las materias primas utilizadas para producción de biocarburantes. La sostenibilidad de las masas forestales europeas está garantizada con los planes de ordenación forestal de cada país. El sistema no funciona igual que en agricultura, en el que las políticas y los sistemas de apoyo económico dependen de el respeto a los criterios medioambientales. Los sistemas voluntarios como FSC y PEFC cubren sólo el 45% de las masas forestales europeas, debido a los costes de certificación y al minifundismo. Por tanto un marco regulatorio para biomasa sólida y gaseosa no debiera ser un simple copia-pega de los biocarburantes, sino una adaptación. La definición de los criterios de sostenibilidad deben estar consensuados con los agentes implicados.
La sostenibilidad debería tener en cuenta todos los tipos de producción de biomasa, por lo tanto los llamados residuos (forestales o de la industria) deberían estar excluidos de los criterios de sostenibilidad.
AEBIOM y EBA proponen que los criterios para uso térmico y eléctrico deben ser compatibles con los criterios impuestos a los biocarburantes. La interpretación de esos criterios pueden ser más condicionantes que los criterios en sí mismos. Ambas asociaciones proponen que la Comisión Europea consulte de forma regular al sector a la hora de establecer e interpretar esos criterios. El sector debe participar más activamente en el proceso.
4.- Un sistema eficiente en costes
Implantar un sistema con mucha burocracia, que además sea paralelo a los sistemas de sostenibilidad existentes, conllevará gastos innecesarios para todo del sector de la bioenergía, elevando los precios y restando competitividad de los biocombustibles frente a los combustibles fósiles.
Una gran cantidad de pymes están involucradas en la cadena bioenergética, por lo que los criterios y la normativa de sostenibilidad no deberían sumar más costes al desarrollo de las pymes.
En torno al 60% de las masas forestales en la UE están en manos de 16 millones de propietarios privados. El tamaño medio de esas masas forestales es de 5 ha. Para alcanzar los objetivos de renovables hay que tener en cuenta las masas forestales privadas. Los futuros criterios de sostenibildad no deben constituir una barrera a esa movilización. Lo mismo es aplicable a la producción de biogás procedente de propietarios de explotaciones ganaderas. En ambos casos es fundamental que se implementen criterios mucho menos exigentes para esos pequeños productores con el objetivo de reducir la burocracia y los costes.
Desde AEBIOM y EBA proponemos que se utilicen los sistemas de sostenibilidad ya existentes, como los sistemas de declaraciones responsables para los proyectos de pequeña escala. La regulación de la sostenibilidad no deberá suponer aumento de burocracia ni de costes a los pequeños propietarios forestales, explotaciones ganaderas, productores agrupados y/o cooperativas.
En la valorización energética de la biomasa hay numerosas pymes sin las cuales la producción del biocombustible carece de sentido. Este es el caso de la producción de calefacción y ACS a pequeña escala. Muchas de estas pymes no sobrevirían en el caso de que aparecieran mas cargas burocráticas y costes añadidos al sistema.
Definir la escala que diferencia entre proyecto de pequeño y grande, para la aplicación de diferentes intensidades en los criterios de sostenibilidad, es difícil con la información actual. AEBIOM y EBA proponen establecer ese límite entre instalaciones de 20 MW de en caso de biomasa sólida y 2,5 MW de potencia para el biogás. Estos valores son indicativos, y se pueden ir discutiendo a medida que las pymes evolucionen.
AEBIOM Y EBA proponen que la futura regulación en sostenibilidad deberá aplicarse solo a productores de energía a partir de 20 MW de potencia para biomasa sólida y 2,5 MW para biogás.
Según Javier Díaz, Presidente de AVEBIOM, la Asociación Española de Valorización Energética de la Biomasa y que ostenta la Vicepresidencia de AEBIOM: ”una de las fortalezas de la biomasa es la generación de empleo local, la otra es la sostenibilidad. En estos momentos lo que España necesita es generar empleo sostenible en el tiempo. Seguiremos empleando todas nuestras fuerzas en garantizar empleo y sostenibilidad”