bp, el Instituto de Tecnología Química (ITQ) CENER investigarán la producción de combustible de aviación sostenible (SAF) a partir de biomasas residuales.
Las biomasas residuales y su investigación para producir combustible de aviación sostenible (SAF) es el principal objetivo del acuerdo de colaboración suscrito en la Universitat Politècnica de València (UPV) entre bp Energía España; el Instituto de Tecnología Química (ITQ) -centro mixto UPV/CSIC- y el Centro Nacional de Energías Renovables (CENER).
El proyecto, que tendrá una duración de tres años y estará financiado en su totalidad por bp, utilizará licuefacción hidrotérmica (HTL) con dicha finalidad. Este proceso, a temperaturas moderadas y presiones medias, es capaz de convertir compuestos orgánicos o biomasa húmeda en una mezcla de compuestos que pasan a formar lo que se denomina un biocrudo.
En concreto, los equipos de investigación evaluarán la viabilidad de la licuefacción hidrotérmica de lodos de depuradora, paja de arroz; y residuos forestales (haya) orientada a la producción de combustible de aviación sostenible (SAF).
Transición energética justa
El proyecto supondrá un aumento de la utilización de biomasa a partir de fuentes lignocelulosas (no oleicas) de procedencia local. Así, al emplear materias primas locales, se favorece el desarrollo de poblaciones no industrializadas y se contribuye a la independencia energética de España. Estos aspectos vinculados a la investigación se alinean con la apuesta de bp por las iniciativas de I+D de carácter local; y suponen avanzar en la descarbonización del sector aéreo y en la transición energética justa.
Cabe recordar que bp fue una de primeras empresas internacionales en comprometerse a colaborar para que, en 2030 o antes, el 10% del suministro mundial de combustible de aviación sea sostenible. “El SAF es la mejor alternativa real para la descarbonización progresiva de la aviación en el corto plazo; ya que genera alrededor de un 80% menos de emisiones de carbono a lo largo de su ciclo de vida. Desde bp, apoyamos el desarrollo de múltiples vías de producción de SAF dada la necesidad de una descarbonización rápida y profunda”; ha explicado Andrés Guevara, presidente de bp España, tras la firma.
Investigación nacional para la descarbonización
El escalado del proceso de licuefacción hidrotérmica se realizará en la planta piloto que CENER tiene en su Centro de Biorrefinería y Bioenergía. En esta instalación de pruebas a escala piloto semi-industrial se desarrollan procesos de producción de bioproductos, biocombustibles sólidos, biocombustibles líquidos; o gaseosos avanzados a partir de biomasa residual y biorresiduos, así como conceptos de biorrefinería que integran diferentes rutas de valorización, como paso intermedio entre el laboratorio y el escalado industrial de estas tecnologías.
Este acuerdo de colaboración abre un escenario muy interesante para la descarbonización del transporte aéreo. Para ello, el Departamento de Biomasa de CENER aporta su conocimiento sobre el proceso de licuefacción hidrotérmica; y el ITQ suma su experiencia como uno de los líderes mundiales en el desarrollo de procesos catalíticos.
Una de las principales líneas de trabajo del ITQ, representado en la firma de este acuerdo por su fundador, el profesor, investigador distinguido de la UPV; y premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica, Avelino Corma, es la investigación en procesos catalíticos, que intervienen en alrededor del 90% de todos los procesos químicos en el mundo. En el caso del ITQ, la catálisis se aplica a procesos de refino de petróleo, petroquímica y química fina, así como a la transformación de biomasa en combustibles líquidos y productos químicos.
La eliminación del oxígeno a través de catalizadores
En este aspecto, Corma señala que, de cara al proceso de descarbonización, “si tenemos en cuenta que el tráfico aéreo produce aproximadamente un 3,5% de las emisiones; es una de las prioridades desarrollar nuevos combustibles de aviación. Se piensa que, quizás en un futuro, el hidrógeno podrá hacer esta labor; pero desde luego, a corto o medio plazo, se ve difícil, por lo que tenemos que buscar combustibles alternativos no derivados de hidrocarburos fósiles; y, por tanto, que sean CO2 neutros. En este caso, lo que vamos a hacer es transformar biomasa normalmente de desechos forestales, o incluso orgánicos municipales, en combustible de aviación”.
La aportación del ITQ (UPV-CSIC), es clave, dado que es una referencia internacional en “catalizadores para transformar unas moléculas químicas en otras; y, por tanto, puede transformar moléculas que se encuentran en la biomasa y que tienen, por ejemplo, un contenido elevado en oxígeno; y no podrían ser útiles como combustible en general, en hidrocarburos sin ese oxígeno y, por lo tanto, utilizables directamente”.
Por su parte, Pablo Ayesa, director general de CENER, ha afirmado al finalizar el acto que este proyecto “supone un gran impulso para el esfuerzo de descarbonización de la aviación. La colaboración con bp y la UPV se basa en la suma de sinergias y complementariedades que generan un equipo de trabajo con un gran potencial”.