Envases comestibles, fibra de coco para recuperar aguas grises o bandejas para semilleros hechas con plumas de ave

Los Centros Tecnológicos desarrollan soluciones innovadoras para la reutilización de recursos y reducción de desperdicios que fomentan la implantación de una economía circular en la sociedad.

Los Centros Tecnológicos desarrollan soluciones innovadoras para la reutilización de recursos y reducción de desperdicios.

La sobreexplotación de recursos naturales y los hábitos de consumo son factores que ponen en peligro al planeta. Se generan cerca de 2.300 millones de toneladas de residuos sólidos al año, según la ONU; y en las aguas residuales acaban materiales valiosos susceptibles de ser reutilizados. La economía circular se revela como una solución a estos problemas, ya que, a través de la reutilización de recursos; y la reducción de desperdicios, promueve un ciclo continuo de producción, consumo y reciclaje.

Al mismo tiempo, las estrategias circulares pueden reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 39%. Organismos supranacionales como la Unión Europea impulsan un nuevo marco legislativo para la reducción de envases no reciclables y de un solo uso; así como de la prevención de las pérdidas y el desperdicio alimentario.

Los Centros Tecnológicos englobados en la Federación Española de Centros Tecnológicos (FEDIT) apuestan desde hace años por la economía circular como piedra angular de las innovaciones que desarrollan para empresas; en sectores como la alimentación y agricultura, el tratamiento de aguas residuales, electrónica, embalajes, energía sostenible o transporte, entre otros.

Entre estas iniciativas de los Centros Tecnológicos se encuentran:

  • Recyclink,

Coordinado por ADItech, pretende recuperar y reciclar residuos electrónicos para reutilizar la plata de los sensores, cableado y pantallas que la forman. El fin es volver a incorporar estos elementos a la producción de nuevos dispositivos. Al mismo tiempo, desarrollan tintas y procesos más sostenibles.

  • Plastice:

El CTIC quiere lograr la trazabilidad de los plásticos reciclados gracias a la tecnología blockchain e inteligencia artificial. No sólo se reducirá la cantidad de plástico que se desecha, sino también las emisiones de gases de efecto invernadero asociados a los procesos operativos con combustibles fósiles.

  • Nice:

Es un proyecto en el que participa CETIM integrado en ATIGA. Con el uso de materiales reactivos naturales como el biochar o la fibra de coco eliminan hasta el 90% de contaminantes presentes en el agua. El fin es poder reutilizar las aguas grises de las viviendas para recargar cisternas, regar o baldear tras un proceso realizado in situ.

  • Raspons:

Recupera sarmientos, hollejos y granillas para producir cajas para botellas de vino gracias a AIMPLAS y la Cooperativa Vitivinícola La Viña.

  • Con Eolo y Helacs:

AITIIP fabrica nuevos productos reutilizando fibra de vidrio y de carbono procedente de las palas de los aerogeneradores y de los aviones; que conserva, además el 70% de las propiedades de la fibra reciclada.

  • Unlock:

Coordinado por CIDETEC, utiliza plumas de ave para producir plásticos biodegradables que se usan en agricultura, geotextiles, bandejas para semilleros, films acolchados; y espumas para cultivos hidropónicos. Las plumas son un material ideal para fabricar productos biodegradables, ya que duran el mismo período que los cultivos, aportan nitrógeno a la tierra y generan cero residuos al final de su vida útil.

  • Prevenpack:

AINIA desarrolla envases comestibles para alimentos como frutas y verduras en porciones monodosis que mantienen las propiedades funcionales de estos recipientes. Además, de reducir el desperdicio alimentario, reducen el empleo de envases, y mejorar su reciclabilidad.