Eficiencia energética en Metro de Madrid

A principios del siglo XX, el reto en la ciudad de Madrid era dar solución a los incipientes problemas de congestión de tráfico en la ciudad.

En efecto, el espacio limitado era ocupado de una manera desordenada por transeúntes, carros, carretas, coches de caballos, tranvías y coches.

Ese reto se materializó el 19 de octubre de 1919, con la inauguración del primer tramo de red ferroviaria suburbana, fruto de la visión innovadora y emprendedora de tres ingenieros, que hacen posible la realidad de uno de los modos de transporte imprescindible en el sistema de movilidad de la región en la actualidad.

Los ingenieros fundadores de Metro, junto con su equipo, encabezado en el área arquitectónica por Antonio Palacios, concibieron la red de metro como una prolongación de la ciudad. Sus esfuerzos iban  dirigidos a una percepción óptima de la red.

Era básico que una nueva forma de movilidad en un centro urbano que comenzaba a dar señales de congestión resultara atractiva, por lo que las estaciones se planificaron con muy poca profundidad, alicatadas en material cerámico, con luz natural a través de claraboyas, con disposición de publicidad en andenes, con recursos muy comunes en el entorno y un uso óptimo de éstos. Llegar a Cuatro Caminos desde la Puerta del Sol en 10 minutos era impensable, y la red de Metropolitano colmaba las expectativas de sus clientes y la sociedad madrileña de entonces.

A principios de los años 20, el éxito de la empresa aconsejaba su ampliación y se afrontaban otros retos para conseguir su permanencia, entre ellos el suministro regular de energía eléctrica.

 

 

Para ello, se construye una central eléctrica con tres motores Diesel, que, siempre fiel a su compromiso de uso eficiente de los recursos, se utiliza para el suministro necesario en época de estío, y suministro a los ciudadanos de Madrid cuando se generaba energía sobrante. Se aseguraba así el recurso fundamental para la generación del servicio que Metro ofertaba a los ciudadanos.

En la actualidad los retos de una gran región como Madrid están dirigidos hacia la oferta de un servicio óptimo de movilidad a través de la gestión eficiente y eficaz de los recursos de los que carecemos, escasos en todo el territorio nacional; energía y agua son buenos ejemplos.

Actualmente, la compañía muestra su compromiso con la ciudadanía incluyendo en su misión el concepto de rentabilidad social, que se entiende en sus tres vertientes de economía, sociedad y medioambiente. (Misión de Metro de Madrid, “Ser la opción de movilidad socialmente más rentable y cercana a las expectativas de los clientes”)

 

 

Desde el punto de vista social, Metro de Madrid ofrece un medio de transporte que mejora la movilidad de las personas para todos sus motivos de viaje, integrando personas y territorios, reduciendo la congestión en la superficie y ahorrando tiempo en los desplazamientos a la ciudadanía. Por otra parte,  en su gestión se promueve el consumo responsable de los recursos y el desarrollo de proyectos de I+D+i para aumentar la eficiencia económica y proteger el medioambiente.

El metropolitano se ha convertido en la opción de movilidad más elegida por los madrileños, y a ello han contribuido no sólo los beneficios más inmediatos del uso de este medio de transporte, como son rapidez,  comodidad y  seguridad, sino que se han incorporado otros atributos que se perciben a lo largo del tiempo.

Con respecto al modo de transporte suburbano, que utiliza como fuente de energía básica la electricidad, una de las definidas como más limpias que existe en la actualidad, la eficiencia se muestra desde varias perspectivas:

Reducción de consumos

A través de medidas que se incorporan en el diseño de sus instalaciones; es el caso de la construcción de templetes acristalados en las entradas de las estaciones. Estos templetes tienen forma trapezoidal, y  permiten la entrada de la luz solar al interior de las instalaciones. De esta forma, los accesos quedan plenamente iluminados por la luz solar durante parte del horario de servicio sin necesidad en dicho periodo de iluminación artificial.

Así mismo, se han colocado células fotoeléctricas que detectan el nivel de iluminancia generada por la luz solar y regulan el encendido o apagado de los sistemas de iluminación artificial existentes.

Mejora operativa

Además de mejorar la eficiencia energética, algunas medidas redundan en la disminución de disfunciones operativas en la circulación derivadas de caídas de tensión en las líneas. Es el caso de la puesta en paralelo de las subestaciones de tracción, de forma que cada tramo de tracción está alimentado desde dos subestaciones. Los ahorros producidos por esta medida pueden cifrarse en un 10-12% del consumo total en tracción.

Iniciativas derivadas de proyectos de I+D

El desarrollo y puesta en práctica de proyectos de investigación, en los que Metro se implica en colaboración con otras instituciones, universidades, etc, se materializan, entre otros, en la instalación del freno regenerativo en la gran mayoría de los trenes. Se trata de un dispositivo que permite convertir, durante el frenado de los trenes, la energía cinética en energía eléctrica, que puede ser consumida por el propio tren en sus servicios auxiliares o ser puesta a disposición del resto a través de la catenaria.

Actualmente, la energía recuperada anualmente por este sistema equivale al consumo de toda la línea 2, es decir, unos 12 GWh.

Relacionado con la energía de frenado de los trenes, se está desarrollando el innovador proyecto TRAIN2CAR. Este proyecto se está ejecutando en colaboración con otras instituciones, y tiene como objetivo desarrollar un sistema de gestión inteligente de la energía eléctrica generada por los trenes mediante frenado regenerativo para su uso en puntos de carga para coches eléctricos en superficie.

Otros proyectos innovadores, como el realizado en la climatización de la estación de Pacífico y las oficinas subterráneas de la subestación adyacente con la energía obtenida por unas bombas de calor geotérmico, que durante el pasado año 2010,  ha extraído 5,43 MWht de una fuente totalmente renovable como la Geotérmica ha merecido numerosas muestras de reconocimiento.

Se está estudiando la viabilidad de aplicar diferentes tecnologías de iluminación cuya aparición constituye una verdadera revolución en el ámbito de redes ferroviarias: la tecnología LED y los fluorescentes de bajo consumo.

Se están desarrollando pruebas para recopilar datos técnicos sobre la calidad de la iluminación producida así como del consumo energético que requieren las diferentes opciones, de forma que se pueda decidir qué alternativa de las que ofrece el mercado es la más conveniente en cada caso, atendiendo no solamente al coste de la inversión, sino al de todo su ciclo de vida y a la comodidad y seguridad de clientes y empleados.

Otras medidas medioambientales que repercuten en una mayor eficiencia de los recursos

El plan de gestión sostenible del agua, desarrollado durante los dos últimos años, incluye medidas de reducción del consumo, que produce ahorros indirectos de energía derivados del calentamiento.

El sistema de gestión ambiental certificado según norma ISO14001, implementado en la compañía en el año 2005, incluye la gestión de residuos, que se sustenta en una política de reducción, reciclaje y valorización. Fruto de esta gestión es la reutilización/reciclado de 135 Tn de residuos peligrosos, y el reciclado/recuperación de 757,96 Tn de residuos no peligrosos, junto con la retirada por parte de los ayuntamientos a los que compete la red de Metro de Madrid de 3.729,16 Tn de residuos segregados. Las emisiones reales ahorradas en 2010 fruto de esta gestión han supuesto 175 toneladas de CO2.

Durante este año 2011 se ha trabajado, además, en el cálculo de la huella de carbono, que permitirá un doble objetivo: el diagnóstico propio para una gestión eficaz y determinación de objetivos que permitan una reducción de emisiones derivadas de las actividades auxiliares de la compañía, y la aportación de un dato al resto del empresariado de la región de Madrid, que facilitará el cálculo de su propia huella, indispensable para el acceso futuro a multitud de iniciativas que afectan a la competitividad de las empresas.

Todas estas actuaciones constituyen ejemplos de los esfuerzos que Metro de Madrid realiza en materia de eficiencia energética, concepto alineado con la misión y razón de ser de la Compañía.

No obstante, Metro sigue impulsando la identificación y estudio de nuevas medidas para afrontar el gran reto de la sociedad actual: la reducción de emisiones a través del llamado “5º combustible”, que no es más que la gestión eficaz y eficiente para reducir el consumo energético a través de procesos de mejora continua y del máximo aprovechamiento de los recursos.