El sector energético en todo el mundo está en los inicios de un cambio que, como consecuencia -entre otras cuestiones- de los avances tecnológicos, amenaza con transformar el negocio en las próximas décadas, tal y como ha sucedido en otras industrias como la distribución, las telecomunicaciones o las líneas aéreas.
Así se desprende de la XIII Encuesta Mundial del Sector Eléctrico, realizada por PwC. El 94% de los directivos de las principales empresas eléctricas y de energía de todo el mundo, encuestados por PwC, auguran una transformación total (41%) o muy importante (53%) en los modelos de negocio de sus compañías de aquí al 2030. Sólo un exiguo 6% cree que éstos seguirán siendo “más o menos los mismos”.
¿En qué medida espera que en su mercado cambien los modelos de negocio de las empresas eléctricas y de energía en el 2030, comparado con hoy?
Sin embargo, la percepción sobre el calado de esos cambios varía en función de la región de la que estemos hablando. En Asia, el porcentaje de los que esperan que la transformación sea radical es el más alto –con el 69%-, seguida por Europa, con el 46%, y por Estados Unidos y Canadá, con el 40%.
La industria afronta una serie de acontecimientos disruptivos, muy ligados con el desarrollo tecnológico, y que tienen que ver, fundamentalmente, con tres grandes fenómenos: la descentralización de la generación de electricidad, el inicio de la explotación de gas no convencional y la aparición de un nuevo perfil de cliente más activo y con capacidad de decisión.
La descentralización de la generación eléctrica está ya empezando a capturar una parte de los ingresos de la generación centralizada convencional y, en el largo plazo, podrían existir compañías exclusivamente enfocadas a operar en infraestructuras. En 2030, la electricidad a partir de fuentes descentralizadas podría alcanzar el 20% de la generación mundial, según el 64% de los entrevistados. Norteamérica y Europa son las regiones en las que una mayoría directivos –el 80% y un 67%, respectivamente- apuestan por un futuro mix de distribución eléctrica centralizada y descentralizada a gran escala. Aquí el autoconsumo también tiene una gran cabida.
Los grandes impactos tecnológicos en el sector eléctrico, por región
Detrás de este escenario, que hoy en día puede parecer remoto, está la llegada de un amplio abanico de avances tecnológicos y la previsible mejora de sus costes en los próximos años. Estos, según los encuestados, se podrían resumir en cuatro grandes grupos. Primero, los avances tecnológicos derivados de la eficiencia energética; la rápida caída de los precios de los módulos solares; la tecnología para la gestión de la demanda y el desarrollo de contadores y redes inteligentes.
Las nuevas fuentes de combustibles fósiles, como el gas y petróleo no convencionales, también están teniendo un impacto en el sector y pueden reducir de forma considerable la dependencia energética de muchos países, de otras fuentes tradicionales, como pueden ser el petróleo y el gas natural o del carbón. Aunque también hay que considerar los potenciales costes medioambientales derivados de la extracción de este tipo de combustibles. Un escenario de este tipo tendría un impacto significativo a lo largo de toda la queda de valor del sector de la energía y, por ejemplo, obligaría al segmento entero a revisar sus carteras de productos y sus proyecciones futuras.
Pero los cambios que se avecinan también tienen mucho que ver con la gestación de un nuevo tipo de consumidor de energía, mucho más activo desde el punto de vista tanto del ahorro como de su propia capacidad para generar electricidad. Resulta significativo que el 65% del encuestados califique a sus clientes como “pasivos” y que “toman aquello que se les ofrece”. Sin embargo, esta situación también cambiará, según aseguran los propios directivos del sector. De hecho, un 41% a nivel mundial –60% en Europa y 50% en Estados Unidos y Canadá- asegura que en diez años este perfil de consumidor habrá mudado por completo.
El crecimiento de un nuevo tipo de consumidor más activo desde el punto de vista de ahorro energético y de generación de energía.
La forma en que las compañías respondan a todos estos retos determinará cuáles serán las líderes del futuro y cuáles verán languidecer sus modelos de negocio superados por el desarrollo tecnológico y la transformación del mercado.
Para Carlos Fernández Landa, socio de Energía de PwC, “las estrategias de ahorro de costes y de mejora de la eficiencia, siendo necesarias, no dejan de ser solo medidas defensivas. Las compañías deberán tomar la iniciativa y buscar las mejores opciones en un sector que se encuentra en plena transformación y cuyo modelo de negocio tradicional necesita evolucionar… Y la mayoría de las compañías que han participado en la encuesta parecen dispuestas a hacerlo. El 82% no dudó en calificar la descentralización de la distribución eléctrica como una “oportunidad” frente al 18% que lo calificó como una amenaza”.