La energía solar es una de las fuentes con mayor peso para construir de forma sostenible. Presenta aún grandes posibilidades de crecimiento con paneles sobre cubierta, instalaciones de ACS, etc. tras la legislación nacional y europea que impulsa su integración en la edificación.
Según el presidente de ASIF, Javier Anta, la fotovoltaica en los edificios españoles durante los próximos años va a tener una presencia muy importante. “Si hasta ahora nos hemos desarrollado sobre todo en suelo, con los llamados huertos solares, con la nueva regulación nos vamos a orientar a la edificación. Y se trata de un ámbito prácticamente nuevo en España, con mucho recorrido”.
Precisamente, la ubicación privilegiada de España, donde se dispone de recursos muy elevados (sobre cada metro cuadrado de suelo inciden en torno a 1.550 kilovatios (kW) por hora de energía solar al año) hace aún más viable el crecimiento de la energía solar en la construcción.
La captación de este tipo de energía sirve tanto para transformarla en calor (energía térmica) como para generar electricidad (energía fotovoltaica) y su aprovechamiento puede realizarse de forma directa o indirecta, para suministrar electricidad a la red, a través de plantas o centrales. La energía utilizada en Europa para calefacción, refrigeración e iluminación en edificios del sector residencial y servicios constituyen, aproximadamente, el 40% del consumo de energía primaria.
Estas necesidades de energía se reducen partiendo del uso de la energía solar, que puede disminuir la demanda de energía para el acondicionamiento hasta el 60% utilizando técnicas de aprovechamiento pasivo de la radiación solar, sistemas de aprovechamiento activo para el calentamiento de agua sanitaria, calefacción o refrigeración, mejor utilización de la luz natural y control del enfriamiento natural. En edificios existentes, con un diseño y localización ya definidos podría aprovecharse el potencial de ahorro considerando las técnicas naturales de acondicionamiento térmico.
Según han comprobado los expertos, “el consumo energético en los edificios podría reducirse más de un 50% en la Unión Europea para este año, mediante la integración de sistemas solares pasivos y activos desde las primeras fases del diseño del edificio”; puesto que el concepto de diseño y construcción bioclimáticos implica adoptar estrategias de mejora de los parámetros físicos para calefacción, refrigeración, ventilación e iluminación natural en edificios.
Además si se suma la aportación de los sistemas de energía solar térmica a baja temperatura y la incorporación de los sistemas fotovoltaicos en la construcción, se puede llegar a obtener una arquitectura energéticamente coherente y la tan deseada reducción de la dependencia de la energía convencional.
En nuestro país, la legislación actual (Plan de Energías Renovables, Real Decreto 1578/2008, CTE, RITE, etc.) ha propiciado su peso cada vez mayor en la edificación. La necesidad de reducir el impacto ambiental provocado por los desarrollos urbanísticos y edificaciones de diversa índole (viviendas, oficinas, instalaciones de uso comunitario, etc.) hace imprescindible el uso de criterios de sostenibilidad en este sector, como forma de garantizar el futuro.
Energía solar térmica
La instalación de paneles solares para la producción de un porcentaje mínimo de agua caliente sanitaria (ACS) en edifi cios es de obligado cumplimiento, tal como se recoge en la norma HE-4 del CTE. Con esta norma, se avanza hacia la consolidación de un suministro energético de origen renovable y sostenible.
La energía solar térmica calienta agua u otros fluidos mediante la transformación de la radiación solar en calor. Estas instalaciones representan una forma eficiente de generación de calor que permite grandes ahorros y una considerable reducción de costes asociados al consumo energético.
El aprovechamiento del sol para la producción de ACS es una opción especialmente indicada para instalaciones donde existen elevados consumos de agua caliente sanitaria como pueden ser hospitales, hoteles, balnearios, polideportivos, colegios, etc. Además, puede emplearse como apoyo a la calefacción convencional, refrigeración solar, calentamiento de piscinas y aplicaciones térmicas en procesos industriales.
Energía solar fotovoltaica
En edificación, los sistemas fotovoltaicos se pueden instalan en diferentes puntos, los más destacados son:
• Tejados de viviendas: Se trata de una opción con grandes perspectivas de futuro, ya que son de fácil instalación y aprovechan el espacio que hay en el tejado para colocar los módulos fotovoltaicos. En los próximos años, se estima un crecimiento de estas nuevas aplicaciones fotovoltaicas sobre cubierta, hasta duplicar su capacidad anual, que actualmente se sitúa entre los 30 y 40 megavatios.
• Integración en edificios: Integrar sistemas fotovoltaicos en edificios se realiza mediante la instalación de diferentes elementos que sean capaces de producir este tipo de energía: recubrimiento de fachadas, muros cortina, cubiertas planas acristaladas, parasoles, pérgolas, lamas en ventanas, tejas, etc.
Todas estas soluciones vaticinan un futuro donde el sol cobrará aún más fuerza, con nuevos desarrollos como las tejas solares, y retos como la plena integración arquitectónica.