Un equipo de científicos españoles y escoceses ha desarrollado ladrillos más sostenibles y resistentes que los tradicionales. Están fabricados con lana y un componente de las algas marinas.
23 de octubre de 2010.- Expertos de la Universidad de Sevilla y de Strathclyde, de Escocia, han investigado una nueva forma de contribuir a la construcción sostenible mediante el desarrollo de ladrillos que al no requerir cocción evitan la emisión de grandes cantidades de dióxido de carbono y están adaptados a climas muy extremos.
Según han explicado Carmen Galán y Carlos Rivera, de la Universidad de Sevilla, el resultado de la búsqueda de este proceso ha sido un polímero orgánico natural obtenido del procesado de determinadas especies de algas marinas que proliferan en los océanos.
Los estudios que han realizado determinan que el coste medioambiental y económico es muy favorable, debido a la gran cantidad de las materias primas que se necesitan para la fabricación de estos ladrillos, como por la ausencia de complejidad en la fabricación que no requiere de sofisticados sistemas industriales.
Los científicos aseguran que el polímero natural resultante es absolutamente biodegradable. En estos momentos, esta clase En la actualidad, este tipo de ladrillos se utilizan en proyectos experimentales en Nigeria.