Veinte estados insulares en vías de desarrollo firmaron la Declaración de Barbados, compromiso que aboga por reducir la dependencia de combustibles fósiles e incrementar la generación de energía limpia.
La Declaración se adoptó al concluir la Conferencia sobre independencia energética y desarrollo sostenible que se celebró el 8 de mayo en la isla caribeña y con vistas a la Conferencia de la ONU sobre Desarrollo Sostenible Río+20.
Los países signatarios se comprometieron a aumentar la producción de energía renovable en los próximos años, en especial la eólica, solar, hidroeléctrica, térmica y de la biomasa. Con ello se busca reducir las emisiones de carbono y luchar contra el cambio climático.
La dependencia del petróleo y de otros combustibles fósiles sitúa a esas islas en una posición de vulnerabilidad debido a la alta volatilidad de los precios de esas materias primas.
Los países hicieron un llamado a la comunidad internacional, especialmente a los países industrializados, para que les ayuden a crear un marco propicio para el desarrollo de las energías limpias.