Se acerca el Día de Todos los Santos. Una fecha muy señalada por el número de visitas que realizamos a cementerios. Más allá del gran sentido que tienen estas fechas para familiares y allegados, los cementerios esconden tras ellos su propia historia, como que también son lugares donde hay hueco para aprovechar la energía que brindan los recursos naturales.
En nuestro país ya hay varios casos conocidos. Por una parte, el cementerio de Santa Coloma de Gramenet, a las afueras de Barcelona, que cuenta con paneles solares sobre mausoleos y pasará ala historia por ser el primero en apostar por las energía fotovoltaica. Esto paneles, en total 62, tienen la capacidad suficiente para suministrar energía, anualmente, a unas sesenta casas. La electricidad de estos paneles se envía a la red local para su consumo. Se trata de una forma de legado eterno que se puede dejar para futuras generaciones, un planeta más sostenible y respetuoso con el medio ambiente.
En este recinto, donde se albergn los restos de unas 57.000 personas, los paneles solares ocupan el 5% de su superficie total. Para su puesta en marcha se invirtieron 720.000 euros y su uso equivale a dejar de producir unas 62 toneladas anuales de dióxido de carbono.
También en Valencia, en el municipio de Carlet hay ya, por parte del Consistorio, alquilado un lugar en el cementerio para instalar plantas de energía solar fotovoltaica. Seguro que dentro de unos años se van uniendo más a esta lista.
