La biomasa y, en particular, los pellets de madera para la producción de energía, se ha convertido en una mercancía comerciable a nivel global.
El consumo de pellets en Europa está en torno a nueve millones de toneladas al año, de los cuales unos dos millones se importan de fuera.
Sin embargo, desarrollar un mercado para combustibles de biomasa no es algo sencillo. Los inversores necesitan comprender lo que impulsa la oferta y la demanda y también contar con la seguridad de que la mercancía mantiene el nivel ya que las irregularidades en la calidad ahogarían el comercio.
El proyecto EUBIONET III aumenta la transparencia de los precios y respalda el desarrollo de normativas para los biocombustibles sólidos.
«Cuando uno sabe cómo y por qué fluctúan los precios, es posible comprender mejor el mercado. Entonces resulta más atractivo entrar en él», dice la responsable de proyectos de la EACI Silvia Vivarelli.
Los socios del proyecto ayudan a definir las características que tienen que tener losbiocombustibles sólidos, así como las propiedades físicas y químicas necesarias (especialmente el grado de humedad) para un buen transporte, almacenamiento y uso.
«El papel de la biomasa siempre ha sido importante pero ahora hay más comercio internacional», afirma la coordinadora del proyecto Eija Alakangas, que tiene 28 años de experiencia en el sector. Como indica Eija, ahora se publican índices de precios de pellets de madera industriales de la región del Báltico cada mes. Los socios del proyecto EUBIONET III han colaborado con la Organización Internacional de Normalización (ISO) para asegurar que se pueda comerciar con combustibles de biomasa de manera fiable en todo el mundo.
Mirando al futuro, Eija se centra en nuevos combustibles de biomasa. «En Finlandia estamos utilizando etanol de residuos de panadería», comenta. No obstante, el país escandinavo va muy por delante del resto del mundo en este campo.
Fuente: Unión Europea
Más información: www.eubionet.net