Expobiomasa viene cargado de novedades. Entre ellas, la gama BCH es la única que permite la condensación en el cuerpo de la caldera. Aunque existen algunos precedentes, éstos se basan en una caldera convencional, a la que conectan un segundo circuito, habitualmente externo, que actúa como recuperador de calor. Se aplica a las calefacciones para uso residencial y terciario.
La principal novedad reside en el intercambiador de calor, patentado. A diferencia de las convencionales, en las calderas BioCurve está formado por un conjunto de tubos curvos de acero inoxidable cuidadosamente entrelazados. Este diseño permite albergar, en el mismo espacio, hasta un 50% más de superficie de intercambio.
Los gases procedentes de la combustión deben recorrer un trazado curvo con una longitud equivalente a seis veces la de un intercambiador convencional en el mismo tiempo. Como resultado, el flujo es naturalmente turbulento, mejorando la cesión de energía. No es necesario instalar turbuladores que eviten un flujo laminar.
Para minimizar la acumulación de ceniza en las paredes de los tubos, se ha integrado inyectores de agua. Este sistema de limpieza, poco habitual en el mercado, asegura un alto rendimiento durante varios años.