En la actualidad más de una cuarta parte del planeta está en peligro de desertificación a causa del calentamiento global. En España, las previsiones no son alentadoras.
El Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía se celebra cada 17 de junio desde hace 24 años. Según estudios del Ministerio para la Transición Ecológica, se estima que la extensión del desierto, que durante este siglo continuará expandiéndose por la Península Ibérica, abarcará desde la Costa del Sol hasta prácticamente las faldas de las montañas cántabras, ocupando alrededor del 80% de la superficie del país.
En este siglo el desierto ocupará el 80% de la península ibérica.
El cambio climático está acelerando los procesos de pérdida de suelo fértil. La escasez de agua y los períodos de sequía prolongados agravan el problema, especialmente en la mitad sur de España, donde los recursos hídricos son limitados. Actualmente, los embalses españoles se encuentran al 59’9% de su capacidad. Y este no es un dato positivo, desde el año pasado el volumen de agua acumulado en los embalses españoles se ha reducido un 12’42%. Esto se debe en gran medida a que los embalses del sur de España continúan en una tendencia de reducción de afluencia de agua. En este contexto, nos encontramos con una problemática de distribución de un bien cada vez más limitado: el agua.
Los embalses del sur tienden a reducir la afluencia de agua.
Según los datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), para cubrir la demanda alimentaria de la población mundial en 2050 será necesario aumentar la producción en torno a un 50%. Si en España no tenemos suficiente suelo para incrementar o, incluso, mantener los cultivos actuales, nos encontraremos ante un escenario desolador.
El escenario para España es desolador si no podemos incrementar los cultivos actuales.
Inteligencia artificial IA
El cloud computing y el Internet de las Cosas (IoT) han demostrado ser tecnologías válidas para tener un contexto claro de la situación real.
Los datos recolectados permiten tener una perspectiva completa sobre lo que sucede en tiempo real y, nutren los algoritmos que, gracias al avance de la Inteligencia Artificial (IA), permiten a los científicos encontrar soluciones de un modo más rápido y ágil que nunca. Esta tecnología está suponiendo un punto de inflexión en numerosos campos, y el sector del agua no queda al margen. Gracias a la IA, las infraestructuras pueden incrementar su eficiencia técnica y económica, detectando patrones de consumo y realizando previsiones.
Un ejemplo de la apuesta de Microsoft en este sentido es la iniciativa AI for Earth, que prevé invertir 50 millones de dólares para impulsar proyectos en los que la Inteligencia Artificial permita acelerar la preservación del medioambiente.
Murcia contra la desertificación
Karim Claudio, analista de datos de Cetaqua, participa en el programa AI for Earth para integrar herramientas de machine learning con técnicas de analítica de datos geoespaciales y de visión artificial. De este modo, construye un modelo predictivo de los aportes y demandas de agua en el sector agrícola de Murcia.
El objetivo final del programa es crear modelos predictivos que contribuyan a la sostenibilidad de la gestión de los recursos hídricos. Un punto cada vez más crítico y más aún en el sur de la península.
Ibercaja apoya a los agricultores de Aragón
Otro ejemplo de cómo la tecnología ayuda a gestionar con eficiencia el uso de los recursos hídricos y optimizar el desarrollo de la agricultura inteligente es la colaboración entre Microsoft e Ibercaja.
Mediante la instalación de dispositivos IoT en el terreno y el análisis de los datos en la nube de Microsoft, la IA analiza la evolución de los indicadores (temperatura ambiental, humedad…) facilitando de esta manera la toma de decisiones en cada uno de los momentos del ciclo productivo. Así los agricultores pueden hacer un uso mucho más eficiente del agua.
Además, gracias a esta iniciativa, los productores pueden realizar un seguimiento de sus cultivos en tiempo real y de forma pormenorizada.