Solo 1 de cada 10 empresas industriales utiliza IA para optimizar su consumo energético

Según el estudio EnergIA by Smarkia, el 92% de los encuestados del sector de la industria productiva y de fabricación considera esencial mejorar la eficiencia energética

Según el estudio EnergIA by Smarkia, el 92% de los encuestados del sector de la industria productiva y de fabricación considera esencial mejorar la eficiencia energética; pero solo el 11% ve la IA como una prioridad a corto plazo.

En un contexto marcado por la importancia de la reindustrialización, la descarbonización y la transición energética; solo el 8% de las compañías del ámbito de la industria productiva aprovecha el potencial de la Inteligencia Artificial (IA) para impulsar su eficiencia energética. Esta es una de las principales conclusiones del estudio “EnergIA by Smarkia”, elaborado por GFK para la compañía leonesa especializada en soluciones de gestión energética.

Así, aunque el 91% de las compañías de la industria productiva considera esencial mejorar su eficiencia energética para asegurar su desarrollo a largo plazo; solo el 11% ve relevante aplicar actualmente la IA para optimizar su consumo energético. Estos datos, junto a las perspectivas de reindustrialización, revelan cómo mediante la adopción de esta tecnología; la industria española tiene un gran potencial de mejora en materia de eficiencia energética.

Una carrera llena de éxitos, sostenibilidad, IA y consumo energético en el ámbito industrial

El estudio señala que el 77% de las empresas de la industria productiva muestra interés en soluciones que optimicen su consumo energético; mientras que el 68% subraya como prioridad reducir su factura energética a corto plazo. Sin embargo, el 25% considera que la IA no va a tener un efecto verdaderamente transformador para su industria; lo que desvela el desconocimiento que existe todavía en torno al potencial de esta tecnología.

Entre las herramientas de IA para optimizar el consumo energético que ya están disponibles y plenamente desarrolladas, destacan aquellas que permiten monitorizar, controlar en remoto; y optimizar el consumo en tiempo real, contribuyendo así a reducir la factura energética y el impacto ambiental. De hecho, estas herramientas son de gran ayuda a la hora de facilitar la obtención de Certificados de Ahorro Energético (CAEs); generando beneficios directos al incentivar el ahorro energético y ofrecer oportunidades de retorno económico.

La industria, una de las más afectadas por la crisis energética

Según el estudio “EnergIA by Smarkia”, la crisis energética ha afectado profundamente al sector de la industria productiva y de fabricación; impactando al 95% de las empresas, 8 puntos por encima de la media (87%) de sectores como alimentación, gran consumo y retail; el inmobiliario, el energético y finalmente, el turístico. En este escenario, al que se suman las exigencias de descarbonización y sostenibilidad, el 98% de las compañías del sector de la industria productiva; y de fabricación ha adoptado medidas para reducir su consumo energético, lo que supone 9 puntos porcentuales más que la media (89%).

Sin embargo, a pesar del proceso transformador que enfrenta la industria, marcado por la reindustrialización, la transición energética y su proactividad para tomar medidas; la integración de soluciones basadas en Inteligencia Artificial (IA) sigue siendo limitada. Aunque el 77% de las empresas del sector industrial manifiesta un alto interés en contratar herramientas de IA para mejorar su eficiencia energética; solo el 27% reporta estar utilizándola actualmente en su compañía.

Sin embargo, este bajo nivel de implementación contrasta con los beneficios comprobados de la IA, especialmente aquellos relacionados con la eficiencia energética; como la capacidad de optimizar el consumo en tiempo real, reducir costes energéticos y avanzar en objetivos de sostenibilidad.

Así, clientes de Smarkia que han aplicado IA han conseguido ahorros significativos; como, en el caso concreto de una empresa industrial alimentaria, han alcanzado el 28% en los costes de producción de un determinado producto. Sin duda, se trata de cifras que confirman las posibilidades de la IA en la gestión energética y que 2025 será año de impulso en esta materia.