Ya no sorprende a casi nadie oír hablar de la sustitución del uso del gasoil por la biomasa como medio para reducir costes económicos y contaminación. La facilidad del cambio de una caldera por otra utilizando la misma instalación existente y la rápida amortización de la inversión en sistemas de calefacción por biomasa son dos factores clave para que cada vez más edificios de todo tipo den el paso hacia el cambio.
Utilizar la biomasa actualmente es como volver al pasado dando un salto al futuro. Recuperamos la forma más antigua de conseguir calor, utilizando la tecnología más avanzada con las ventajas que ello supone: económicas, medioambientales, uso de combustible local, creación de puestos de trabajo, limpieza de los bosques… Y una de las cosas más importantes, su versatilidad para ser utilizado en todo tipo de edificios e instalaciones, como viviendas particulares, hoteles, casas rurales, residencias de ancianos, guarderías… y para todo tipo de potencias.
HCIB-KWB, distribuidores oficiales de KWB en España, cuentan en su currículum de instalaciones en nuestro país con diversos ejemplos de sustitución de calderas de gasoil por calderas de biomasa del fabricante austríaco.
Por mencionar algunas, entre las que empezarán a funcionar el próximo otoño están la Residencia de ancianos Maranatha en Sant Antoni de Vilamajor (Barcelona), que incluye dos calderas de biomasa KWB Multifire, USV ZI de 100 kW cada una, que aportarán la calefacción y el ACS necesarios y que calentarán el edificio mediante radiadores; una comunidad de vecinos en León que ha optado también por dos calderas KWB Powerfire, una de 240 y otra de 300 kW, para el suministro de calefacción y agua caliente sanitaria de las 24 viviendas de unos 180 m2 cada una; un hotel en Torremolinos, donde se instalará una caldera de biomasa KWB Powerfire TDS de 300 kW; o un cortijo rural en la Sierra de Sevilla, que ha escogido para cubrir sus necesidades una caldera KWB, modelo Easyfire Clean Efficiency de 30 kW. Todas sustituyen sus actuales calderas de gasoil por biomasa, con el objetivo indiscutible de reducir costes y ser a la vez más ecológicas.
Y entre las que han entrado en funcionamiento recientemente y ya se benefician de sus ventajas se encuentran, entre otras, la del Ayuntamiento de Colunga (Asturias) que sustituyó su antigua caldera de gasoil por una caldera de biomasa KWB Multifire USV 60 kW, y que calienta el edificio, con una superficie de unos 700 m2, mediante radiadores y un sistema de renovación de aire con batería de agua 13 kW para recuperador de calor; la finca agrícola de Puerto Carretas, un complejo en plena Sierra Morena, concretamente en Villaviciosa de Córdoba, donde se producen productos ecológicos, es alojamiento rural y los propietarios viven con plena consciencia de una vida saludable, rodeados de su propio olivar y en un entorno que ellos definen como un paraíso. La caldera instalada es una caldera de biomasa KWB, modelo Classicfire SHV de 50 kW; o la del Seminario diocesano de Jaén, un edificio de 5.060 m2 repartidos en tres plantas, que cubre sus necesidades de calefacción y agua caliente sanitaria mediante dos calderas de biomasa KWB Powerfire TDS de 300 kW cada una, lo que da una potencia global de 600 kW.
Sin duda, la facilidad para sustituir una caldera de gasoil por una de biomasa utilizando la instalación ya existente o con apenas pequeñas adaptaciones, es lo que hace que cada vez más usuarios vean en la biomasa una importante opción de futuro y ahorro, y opten por ella.