«La eficiencia energética es un reto urgente en arquitectura»

Carlos Arroyo-arquitectura sostenible
Carlos Arroyo-arquitectura sostenible

Carlos Arroyo, arquitecto, urbanista y profesor de la Universidad Europea, explica para EfikosNews la importancia de la arquitectura sostenible. También los avances en eficiencia energética en la edificación.

Efikosnews: Este mes de marzo se ha reservado para hablar de uno de los temas en auge la “eficiencia energética”. ¿Considera positivo el creciente interés en la sociedad actual sobre este asunto? ¿Qué papel desempeña la Universidad?

Carlos Arroyo: ¡Es más que positivo, es necesario! Aunque ya vamos con retraso. La eficiencia energética es un reto urgente desde el punto de vista económico, social y ambiental. Durante el siglo XX, el desarrollo técnico y cultural se produjo considerando ilusoriamente una energía barata e inagotable.

En un primer momento, la crisis del petróleo de 1973 introdujo criterios económicos que ya obligaban a la eficiencia. Simultáneamente, la crisis ambiental en la que estamos entrando –a cámara lenta, pero de forma inexorable– nos obliga a limitar las emisiones asociadas al uso de energías fósiles. En tercer lugar, el desarrollo global, que da acceso a la energía a miles de millones de personas, enfatiza de nuevo la urgencia.

No podemos seguir en la dirección que vamos actualmente, pero cambiar el rumbo es muy difícil. La universidad tiene un papel fundamental, al formar nuevas generaciones de profesionales, libres de preconcepciones obsoletas, y preparados para trabajar en la transformación del mundo.

«La eficiencia energética es un reto urgente»

Efikosnews: Dentro de este concepto de eficiencia, la arquitectura sostenible se abre paso como una opción real para frenar el impacto sobre el medio ambiente ¿Qué conceptos engloba este tipo de construcción?

Carlos Arroyo: La arquitectura, y la construcción en un sentido amplio, tienen la máxima responsabilidad en la lucha contra el cambio climático, pues según todos los cálculos, produce más de la mitad de las emisiones de gases de efecto invernadero. Hay tres aspectos fundamentales: transporte, construcción y utilización.

Transporte: la decisión de construir en un lugar o en otro puede determinar que una arquitectura sea sostenible o no. Una vivienda en medio del campo difícilmente puede ser sostenible, si genera movimientos pendulares en coche para que vayan a trabajar sus ocupantes.

Construcción: el hecho físico de construir, producir los materiales, transportarlos y gestionar los residuos, conlleva unas emisiones de gases de efecto invernadero tan importantes como el propio uso del edificio. Decisiones como excavar sótanos, mover tierras, necesitar cimentaciones singulares y muros de contención, pueden multiplicar por dos la huella de carbono de una construcción.

Uso: calefacción, climatización, iluminación, aparatos eléctricos, consumen una energía que es posible minimizar desde el diseño de las ciudades y los edificios, además de modificando nuestras costumbres.

Efikosnews:¿Se puede hablar de una nueva etapa en la construcción donde se mima un poco más el medio ambiente? ¿Perciben ustedes los expertos que se tienen en cuenta nuevos criterios más sostenibles en promociones y proyectos? ¿Se dirige el sector hacia este camino por buena senda? ¿Cuáles son aún los retos a los que se enfrenta en eco construcción?

Carlos Arroyo: Es una cuestión económica. No cuidar el medio ambiente nos puede salir muy caro. A corto plazo, un edificio con menor huella de carbono ha de ser más barato de construir y, sin duda, será más barato de mantener. Menos energía igual a menos dinero. A medio plazo, las emisiones de CO2 están empezando ya a generar catástrofes de todo orden, y si seguimos «business as usual» veremos cosas mucho peores. Dicho esto, no necesito hablar del largo plazo.

Efikosnews: Entre las numerosas iniciativas que han surgido de sus manos se encuentra ejemplos de arquitectura sostenible como la transformación de una antigua fábrica de Coca-Cola en ayuntamiento y centro cívico en la ciudad belga de Oostkamp ¿Qué destacaría de este? ¿Hay otros ejemplos que considere también especialmente emblemáticos en esta línea?

Carlos Arroyo: OostCampus, en Oostkamp, es una nave industrial reconvertida en Ayuntamiento y centro cívico, inaugurado en 2012. Me gustaría destacar tres aspectos:

Reutilización: si hay una construcción existente, lo mejor que podemos hacer es reutilizarla; hay quien dice que es más barato demoler y construir de nuevo, pero es falso. Lo que sí es cierto es que, para renovar lo existente, hay que poner en juego más neuronas. El precio final por metro cuadrado de OostCampus fue una tercera parte de lo habitual en Bélgica para un ayuntamiento. Con el dinero sobrante se ofrecieron más servicios, y se realizó un parque urbano de 3 hectáreas.

Cebolla Térmica: no hay que climatizar hasta la puerta de la calle. No es eficaz, y es incómodo. Cuando entras en un edificio, es bueno que los primeros espacios tengan una temperatura más cercana a la exterior, para no tener que quitarnos el abrigo inmediatamente, o no congelarnos de golpe. En OostCampus sólo está climatizado de forma estricta un 10% del volumen total, pero se está cómodo en todo el edificio.

Sostenibilidad exuberante: así nos definió un crítico de arquitectura refiriéndose a nuestra posición clara, un edificio sostenible ha de ser bello y disfrutable. Otra cosa no tiene sentido.

Efikosnews: Países como Bélgica ya han demostrado su apuesta por este tipo de arquitectura sostenible ¿Cómo ve a España en este campo?

Carlos Arroyo: Hay mucho trabajo por hacer. Sobre todo en rehabilitación energética, porque nuestro parque de edificios lo necesita. Además, hay que hacerlo con alegría: conseguir que además de los motivos económicos y éticos, queramos hacerlo porque el resultado nos guste y nos haga felices.