La reputación de las ciudades no siempre obedece a la realidad. Florencia, por ejemplo, es la sexta mejor valorada del mundo. Sin embargo, ocupa el puesto 57 si se miden todas sus dimensiones de forma objetiva.
El podio de las ciudades más inteligentes del mundo lo ocupan Tokio, Londres y Nueva York por tercer año consecutivo, según el índice IESE Cities in Motion (ICIM), elaborado por el Centro de Globalización y Estrategia del IESE bajo la dirección de los profesores Joan Enric Ricart y Pascual Berrone.
Para establecer este ranking, los investigadores han estudiado 135 ciudades a partir de un modelo teórico que tiene en cuenta 50 indicadores de 10 áreas diferentes, lo que permite realizar una comparación global y objetiva entre las ciudades.
Las ciudades más «inteligentes» del mundo
De las veinte primeras ciudades, diez son europeas, seis norteamericanas, tres asiáticas y una de Oceanía. Suiza es el país con mejores resultados, ya que las tres ciudades helvéticas analizadas se sitúan entre las diez mejor valoradas.
En el listado se dan casos paradigmáticos. Un ejemplo es el de la ciudad de Tokio, que encabeza el ranking general pero ocupa el puesto 20 en medio ambiente y el 125 en cohesión social, una dimensión en la que cinco de las diez primeras ciudades ocupan los últimos puestos. Barcelona es la ciudad con una mayor progresión, tras pasar del puesto 63 al 51 en tan solo dos años.
En busca de ciudades más sabias
El informe pone de manifiesto que no existe un único modelo de éxito. El primer paso para la mejora de la ciudad es definir qué modelo seguir y en qué dimensiones se quiere mejorar.
Pero no basta con ser bueno en una sola dimensión: las ciudades deben ser capaces de alcanzar mínimos aceptables en todo el conjunto, ya que existen vínculos entre algunos apartados. Por ejemplo, los modelos de movilidad y transporte que una ciudad elija incidirán en el área medioambiental.
Una de las principales responsabilidades de los gestores urbanos consiste en entender cuáles son estas interrelaciones, así como las amenazas y oportunidades del contexto nacional.
Una iniciativa pionera
Las ciudades han sido valoradas conforme a diez dimensiones clave a la hora de determinar su eficiencia:
1. Gobernanza. El ciudadano es el punto de encuentro para solucionar todos los retos de las ciudades. Cuentan factores como el nivel de participación ciudadana o la capacidad de las autoridades para involucrar a los líderes empresariales y agentes locales. La primera ciudad del ranking según esta dimensión es Auckland.
2. Gestión pública. Se trata de las acciones destinadas a mejorar la eficiencia de la administración, incluyendo el diseño de nuevos modelos organizativos y de gestión. Tokio es la mejor en este aspecto.
3. Planificación urbana. Para mejorar la habitabilidad de cualquier territorio, es necesario tener en cuenta los planes maestros locales, el diseño de zonas verdes y espacios de uso público, así como apostar por un crecimiento inteligente. Los nuevos métodos de urbanismo deben centrarse en crear ciudades compactas, bien conectadas y con servicios públicos accesibles. Berlín es la ciudad con una mejor planificación.
4. Tecnología. El desarrollo tecnológico permite a las ciudades ser sostenibles en el tiempo, ampliar las ventajas competitivas de su sistema productivo y la calidad del empleo. Londres ocupa el primer puesto.
5. Medio ambiente. Mejorar la sostenibilidad medioambiental a través del apoyo a los edificios verdes y las energías alternativas, una gestión eficiente del agua y de políticas que ayuden a contrarrestar los efectos del cambio climático es imprescindible. Zúrich, Ginebra y Basilea son las ciudades más ecológicas.
6. Proyección internacional. Las ciudades que quieran progresar deben lograr un puesto predominante en la escena mundial. Cuidar la proyección internacional pasa por mejorar la marca de la ciudad a través de planes estratégicos de turismo, atracción de inversión extranjera y representatividad en el exterior. Londres repite primer puesto.
7. Cohesión social. La preocupación por el entorno social requiere el análisis de factores como la inmigración, el desarrollo de las comunidades, el cuidado de los mayores, las desigualdades, la eficacia del sistema de salud y la seguridad ciudadana. Eindhoven es la ciudad más cohesionada.
8. Movilidad y transporte. Moverse por las ciudades, muchas veces de grandes dimensiones, y facilitar el acceso a los servicios públicos es uno de los grandes retos de futuro. Berlín va en cabeza.
9. Capital humano. El principal objetivo de toda ciudad debería ser mejorar su capital humano. Por tanto, debe ser capaz de atraer y retener talento, crear planes para mejorar la educación e impulsar la creatividad y la investigación. La primera del ranking es Tokio.
10. Economía. Incluye todos aquellos aspectos que promueven el desarrollo económico de un territorio, como los planes de promoción de la económica local, los de transición y los industriales estratégicos, la generación de clústeres y la innovación. Nueva York es la capital económica.
Entre sus conclusiones, el informe destaca la importancia de tener una visión de conjunto de la gestión urbana, la lentitud con que se reflejan los cambios en las políticas públicas, la incidencia del contexto nacional, la ausencia de un único modelo de éxito y la falta de correspondencia entre la reputación de algunas ciudades y la realidad.
Fuente: IESE