La ecoarquitectura o arquitectura sostenible es la esperanza para un sector que se encontraba sumido en un pozo del que parecía imposible salir
La crisis económica ha frenado una burbuja inmobiliaria que venía incrementándose desde hace años. El boom de la construcción y la especulación de empresas inmobiliarias se paró en seco a raíz de las dificultades económicas: edificios vacíos, barrios fantasmas, excesos arquitectónicos.etc.
Pero esta etapa de excesos ha dado paso a un sistema de construcción que integra la sostenibilidad y el cuidado al Medio Ambiente, englobando un nuevo concepto de arquitectura sostenible basada en la utilización de las nuevas tecnologías y el ahorro energético.
Expertos y publicaciones del sector aclaman el nacimiento de la arquitectura “responsable”, que junto con la rehabilitación, la renovación y la eficiencia energética supondrán las nuevas bases sobre las que se asentará el futuro del sector de la construcción.
La construcción es uno de los sectores industriales que más culpa tienen en el deterioro del Medio Ambiente. Sus actividades consumen una gran cantidad de recursos y han contribuido sustancialmente a fenómenos como la deforestación o la contaminación atmosférica.
La ecoarquitectura o arquitectura sostenible es la esperanza para un sector que se encontraba sumido en un pozo del que parecía imposible salir y nace para compensar todo el daño que el sector de la construcción ha provocado en la naturaleza.
La escasez de los recursos y la concienciación de la sociedad por lograr un entorno más limpio han hecho surgir un nuevo concepto de construcción que integra el cuidado del entorno con la responsabilidad social de las empresas. Un ejemplo es el Centro de Recursos Ambientales de Castilla y León (Proyecto PRAE) que ha sido calificado como uno de los edificios más verdes de España, basado en una construcción ecoeficiente y bioclimática.
Organizaciones como el Consejo de Construcción Verde de España fomentan este tipo de construcción sostenible y saludable para la sociedad. Esta asociación sin ánimo de lucro nace de la mano de empresas del sector que trabajan por construir ciudades y edificios medioambientalmente responsables.
¿Qué es la arquitectura sostenible?
Un edificio sostenible debe causar la mínima repercusión en el entorno, desde su proyección y diseño hasta su demolición. La arquitectura sostenible se basa en la construcción de espacios respetuosos con el Medio Ambiente, pero no sólo haciendo referencia a la utilización de materiales y procesos sostenibles, sino a la gestión y reutilización de los recursos, el ahorro de las energías, etc.
La concienciación sobre una arquitectura sostenible ha aumentado y ya existen clasificaciones y rankings que evalúan la sostenibilidad de edificios y proyectos arquitectónicos. Por ejemplo, el Instituto Americano de Arquitectos ha publicado el Top Ten Green Project 2010, un ranking con los 10 proyectos arquitectónicos más verdes.
La arquitectura sostenible implica:
* La adecuada elección de los materiales de construcción y lo procesos, materiales transpirables y naturales
* La correcta integración del edificio en el ambiente físico, adaptándose a la zona
* La gestión eficiente del agua y la energía mediante el uso de energías renovables
* El control y la estimación de los residuos y la contaminación que se generará
* La creación de una atmósfera interior saludable que controle ruidos y emisiones tóxicas
* Buena gestión de la calidad-coste durante todo el proceso
Existen multitud de eventos que se dedican a promover proyectos de construcción sostenible. Entre ellos está el Congreso Internacional de Rehabilitación y Sostenibilidad, que se celebró en el Palau de Congresos de Barcelona, los días 4, 5 y 6 de ctubre de 2010.
¿Qué beneficios nos aporta la arquitectura sostenible?
La ecoarquitectura no sólo aporta beneficios al Medio Ambiente, sino que también es buena para la economía y para la sociedad en general. Se impone como un modelo de construcción que garantice un buen trato al medio ambiente como medida para conservar el entorno para generaciones futuras.
Aunque es cierto que al principio son más costosos, a la larga ese coste inicial se compensa con el ahorro de energía.
Fuente: Instituto Tecnológico de Lleida